El Deceso del Führer del Bajío
La imagen de arriba puesta al principio de esta bitácora no había aparecido nunca antes en Internet. Es la primera vez que se publica. Muchos que han sido inducidos dentro de la terrible sociedad ultraderechista secreta Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara la reconocerán de inmediato y seguramente les traerá muchos recuerdos. Ellos saben perfectamente en donde han visto dicha imagen. Ellos pueden identificar a la persona que portaba dicha imagen, y saben la manera en la que era portada, así como los lugares en donde la llegaron a ver y bajo qué circunstancias. Al ser publicada mundialmente a través de Internet, el secreto que la cobijaba no sólo se ha venido abajo, sino que al ser revelada públicamente por vez primera Spectator les está dando una prueba palpable a todos los Tecos de que los mecanismos internos de su funesta organización y su forma de operar han sido penetrados desde hace buen tiempo, estando una cantidad abundante de Tecos perfectamente bien identificados (se sabe quiénes son, en donde viven, y a qué se dedican). Esto les demostrará a los Tecos y a quienes insisten en negarlos, de una vez por todas, que al hablar acerca de la organización terrorista secreta de extrema derecha Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Spectator sabe perfectamente de lo que está hablando con pleno conocimiento de causa, y no sólo eso sino que sabe perfectamente lo que se traen entre manos así como el enorme peligro que ellos representan para todo México.
Hecha la anterior aclaración, podemos dar inicio al tema principal de esta bitácora.
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Recientemente murieron en México dos de los más grandes capos que México le haya dado al mundo (ojalá y en lugar de estos dos capos desgraciados México le hubiera dado al mundo dos Premios Nóbel). Irónicamente, ambos capos, que murieron con tan sólo unas cuantas semanas de diferencia, no sólo vivían en el mismo Estado de Jalisco, en la misma ciudad de Guadalajara. Vivían en la misma lujosa y exclusiva zona residencial disfrutando cómodamente de sus dineros mal habidos. Uno de ellos es, desde luego, Ignacio Coronel Villareal alias “Nacho” Coronel, el Zar de las metanfetaminas, culpable de la destrucción de una cantidad innumerable de vidas de jóvenes que de otra forma podrían haber llevado una vida valiosa y productiva. Sobre este hampón ya documentó algo Spectator en un trabajo previo. Ahora se hablará del otro capo abyecto cuya alma era tan negra como la de “Nacho” Coronel, también culpable de la destrucción de una cantidad innumerable de vidas de jóvenes que de otra forma podrían haber llevado una vida valiosa y productiva.
A todos les llega su hora tarde o temprano, y en esta ocasión le tocó su turno a nadie menos que al hombre perverso que fundó el semillero del extremismo del cual habría de emanar desde la ciudad de Guadalajara hacia el resto del mundo uno de los mayores peligros para el nuevo milenio, un proyecto perverso que desde sus inicios empezó a operar desde la clandestinidad al igual que como lo han hecho todas las grandes mafias criminales obligadas a operar desde la clandestinidad a sabiendas que lo que hacen es una actividas ilegal que no está sancionada ni por las leyes humanas ni por las leyes religiosas. Esta noticia aparece documentada en el siguiente editorial que consta de dos partes:
Murió el Capo Leaño (Primera Parte)
Guillermo García Oropeza
Revista Siempre!
1 de agosto del 2010
A una edad avanzada, murió en Guadalajara una de las figuras visibles más importantes de la extrema derecha mexicana. Se trata de Antonio Leaño Alvarez del Castillo, el fundador de la Universidad Autónoma de Guadalajara, la UAG, y de la sociedad secreta de los Tecos así como constructor de un gigantesco imperio económico con intereses en bienes raíces, agricultura, hotelería, y claro, su universidad y su periódico.
Antonio Leaño tiene una larga trayectoria en la historia de la ultraderecha tapatía, una de las más perversas del país. Habría que situar los inicios de la trayectoria (y fortuna) de Leaño Alvarez del Castillo en los años treinta, cuando la Cristiada estaba todavía muy viva en Jalisco (no ha muerto aún lamentablemente) y la Iglesia se había lanzado a recuperar posiciones ideológicas y se veía la necesidad de fundar una universidad católica que fuera contrapeso a la universidad oficial, muy atraída en esos momentos por una ideología de izquierda.
Al parecer fueron los jesuitas quienes vieron con muy buenos ojos la apertura de una universidad católica en Guadalajara que gozara de la autonomía universitaria entonces tan de moda en el país aunque “autonomía” no significara lo mismo en México que en la reaccionaria Guadalajara.
Y así un grupo pequeño donde Leaño jugaba un papel preponderante fundó la Universidad Autónoma de Guadalajara que poco tiene que ver con las muchas universidades autónomas del país aunque quiza sí tenga que haber tenido el apoyo de alguien en la UNAM que le dio su reconocimiento a la universidad tapatía.
A partir de entonces, estamos hablando de la primera mitad de los años treinta, la UAG se convirtió en la universidad católica de Guadalajara que recibía a los egresados de los colegios confesionales de la ciudad que no podían o no querian entrar a la Universidad de Guadalajara, la universidad de el estado.
Y por cierto que los jesuitas fueron eliminados del proyecto de Leaño que se afianzó con la creación de una sociedad secreta ultracatólica y fascista que fue la de los Tecos, nombre que hasta recientemente tenía el equipo de futbol de la UAG.
Los Tecos y Leaño fueron en esta época, de los treinta a los sesenta practicantes, de un fascismo clásico, admirador de Hitler y Franco, antisemita y, claro, rabiosamente católico, en esos tiempos en que la Iglesia había coexistido muy amorosamente con los fascismos y había volteado la cara para no ver el Holocausto.
Luego vendría con la Guerra Fría el anticomunismo al que Leaño se adhirió oliendo sin duda un buen negocio con el apoyo norteamericano y preparaba su gran expansión económica.
Muestrario de todas las locuras de la derecha (Segunda de dos Partes)
Guillermo García Oropeza
Revista Siempre! Num. 2984
22 de agosto del 2010
Don Antonio Leaño Alvarez del Castillo, recientemente muerto en Guadalajara, es una especie de muestrario de todas las tendencias y locuras de la derecha en México.
Formado en la atmófera paranoica y revanchista de los católicos después de la Revolución, que luego se cristalizó en el movimiento cristero, Leaño se convierte en figura pública en el movimiento para fundar una universidad católica, en lo que sería la siniestra Universidad Autónoma de Guadalajara. Leaño y su universidad se lanzan a fondo al juego del fascismo que incluía una versión local del antisemitismo y una profunda admiración por el nacional catolicismo de Francisco Franco, estableciendo ligas con el Instituto de Cultura Hispánica.
Pero sin abandonar el fascismo esencial, Leaño se da cuenta al llegar los años de la Guerra Fría que el nuevo negocio era el anticomunismo, así que dirige ahora sus baterías hacia los Estados Unidos y los grupos de la derecha norteamericana que si bien no eran católicos, sí, al menos, rabiosamente anticomunistas.
Cínicamente ondeando la bandera de la libertad de cátedra (en su universidad no se permite la enseñanza de grandes líderes del pensamiento como Sigmund Freud), Leaño aprovecha su nuevo anticomunismo para obtener apoyos en los Estados Unidos y para recibir tronados de las escuelas médicas americanas así como estudiantes provenientes de las repúblicas bananeras. Ni qué decir que Leaño simpatiza con los gorilas sudamericanos, expertos todos en el juego anticomunista. Su universidad es intelectualmente mediocre y donde reina una atmósfera represiva. Se habla de que se hacen perdedizos los papeles de los estudiantes poco estimados por la poderosa organización privada, la de los Tecos.
En pleito abierto con la universidad del gobierno, Leaño no consigue, sin embargo, convertirse en dueño de la única universidad confesional en Jalisco y cuando los jesuitas abren la suya deciden los Tecos atacar sus instalaciones, lo cual no impide que la universidad jesuita sobreviva y prospere y que luego aparezcan otras: del Opus Dei, de los Legios, del arzobispado.
Quizá esto amargue al viejo caudillo que si bien continúa expandiendo un imperio económico se lanza a un pleito contra el cardenal Garibi Rivera y contra la Iglesia, alinéandose Leaño del lado del reaccionario lefebrismo.
Pero su actitud herética no se concreta en una excomunión y ahora que ha muerto se le hacen unas honras fúnebres donde el cardenal tapatío casi inicia su causa de canonización haciendo que las malas lenguas hablen de San Antonio Abad, San Antonio de Padua y San Antonio Leaño. Nada de extrañar, viniendo de Juan Sandoval de conocidas simpatías fascistas, cristeras y ultramontañas.
Mientras tanto, queda a la justicia averiguar los negocios y crímenes del capo del catolicismo tapatío a quien Manuel Buendía investigó con esa valentía suya, esa misma que lo llevó a su muerte.
Así pues, la noche del sábado 3 de julio del 2010 murió en el Hospital Leaño en Zapopan a los 94 años de edad el Zar de la ultraderecha del continente americano, uno de los peores sub-humanos que pudo haber producido México, el fundador de la secta criminal antisemita y antimexicana Tecos, Antonio Leaño Alvarez del Castillo.
En ocasión del feliz deceso que debería ser un motivo de celebración en todo México como seguramente ha resultado causa de celebración para muchas de las víctimas del Gran Capo (a juzgar por la enorme cantidad de correspondencia que ha estado recibiendo Spectator festinando la ausencia definitiva de Antonio Leaño Alvarez del Castillo), resulta instructivo echar un vistazo al siguiente artículo publicado por la revista Internet online Intoleranciadiario.com:
75 Años del Yunque de Occidente: Conejos-Tecos
Eduardo García Suárez
Revista Intolerancia 282 (Puebla, Puebla)
25 de julio del 2010
Transcurría el año de 1931 en Guadalajara, Jalisco cuando era fundado por el P. MANUEL FIGUEROA, en la escuela de los hermanos maristas, un pequeño movimiento que lucharía contra el comunismo que imperaba en aquella época. Dn. Manuel Figueroa Luna quien sería más adelante sacerdote Jesuita y quien había partido de Guadalajara para incorporarse a la Compañía de Jesús, como lo veremos más adelante en su biografía, había estado de paso hacía Alemania. Recordando a sus antiguos compañeros con los hermanos maristas había decidido fundar una organización discreta que combatiera el socialismo. Algunos de sus compañeros marcharon a la ciudad de México y se incorporaron a lo que sería la UNAM. De ahí surgió un Movimiento Católico que se dedicó fundamentalmente a apoyar el Movimiento de Autonomía Universitario. Los frutos fueron notables. De ese movimiento surgió la UNAM, ese movimiento fue conocido por muchos años como: “LOS CONEJOS”. En Puebla sólo se tiene memoria de dos ilustres personajes ya fallecidos que formaron parte de Los Conejos. Se trata del ingeniero don Carlos Villar Ibarra (t), y del ingeniero don Alfonso Fabre (t). Durante su estancia transitoria en 1930 en Guadalajara conoció a quien sería su primer discípulo. Se trató de Carlos Cuesta Gallardo conocido como “El Güero Cuesta”, tío de un querido maestro ya radicado en Puebla, Enrique Estrada Cuesta. Con este ilustre alumno funda un movimiento que sería conocido como El Yunque de Occidente, o también es conocido en la actualidad como la “O” (organización) o la “OS” (Organización Secreta), los Tecos, los Micos, los Únicos. Estamos hablando del año 1931. “El Güero” Cuesta también conocido como “El Sr. Martínez” tiene como compañero de viaje a Toño Leaño Álvarez del Castillo conocido a sus 93 años como “Andrés”. Es originario por la rama materna de la zona de Jalestotitlan en la parte central de Los Altos de Jalisco. Esta región es muy conocida, según nos comenta el maestro Enrique Estrada Cuesta, como una zona donde en la actualidad todavía se celebra el Sabath en forma muy discreta en algunas familias, como ocurre también en Cotija “tierra” de Martha Sahagún la segunda esposa de Fox. Pues bien, de este movimiento —según nos informa el doctor Felipe Yuste y el doctor Santiago Da Silva—, surge hace 75 años el movimiento de los Tecos y hace 70 años el movimiento también de Autonomía Universitaria conocido y celebrando con grandes desplegados por Diego Fernández de Cevallos como la Segunda Autonomía Universitaria de Guadalajara. El padre Manuel Figueroa, una vez hechas sus fundaciones, se retira a Alemania para estudiar sacerdocio en la COMPAÑÍA DE JESÚS. “El Güero” Cuesta Gallardo (Sr. Martínez) se va también a Alemania a incorporarse al movimiento inspirado por Hitler. Durante esa época el destacado intelectual se retira de México y surge un profundo intelectual conocedor a fondo de los Movimientos Sionistas, escribe varios libros, siempre con gran discreción se escuda tras diversos pseudónimos: Traian Romanescu siendo autor de varios libros como La gran conspiración judía, entre otros. Además adopta otro pseudónimo para temas relacionados con el catolicismo, el más conocido y repartido a los padres conciliados durante el concilio Vaticano II, ese famoso libro es: Complot contra la Iglesia con el pseudónimo de Maurice Pinay. Al volver a México el ya padre Manuel Figueroa S.J. se incorpora al Instituto Oriente en Puebla en 1951 donde conoce a otro joven genial recién egresado del seminario de los hermanos lasallistas y quien estudia la preparatoria especializada. Se trata de RAMON PLATA Y MORENO. Con el apoyo del gobernador Rafael Ávila Camacho, del arzobispo de Puebla, Octaviano Márquez y Toriz, y con el activismo del abogado empresarial José Antonio Pérez Rivero logran hace 50 años: LA AUTONOMÍA III de la UNIVERSIDAD DE PUEBLA, dando nacimiento al YUNQUE DE ORIENTE en Puebla, tan atacado recientemente por Luis Paredes Moctezuma (García de Quevedo y Bolaños Cacho), quien pobremente lo inspira el “colarse” con el demócrata cristiano de Felipe Calderón y “quedar bien” con Córdoba Montoya. “El Güero” Cuesta le decía a Toño Leaño (Andrés) “he conocido al mejor organizador de México, se trata de RAMÓN PLATA”, este comentario fue hecho ante su secretario quien es un héroe anónimo, don Lorenzo Lira García. El comentario hecho en la década de los sesenta causó una profunda envidia en Antonio Leaño (Andrés). Vale recordar que la envidia fue el problema de Caín ante Abel. Destacados discípulos Entre los personajes que han destacado del grupo de El Yunque Occidente-Tecos-Micos vale mencionar entre otro: De los MARISTAS-CONEJOS MARIANO AZUELA (SCJN). De los MICOS: LALO BOURS gobernador de Sonora, Ulises Ruiz gobernador de Oaxaca. De los MICOS-ÚNICOS: MANLIO FABIO BELTRONES experto en el caso COLOSIO. El principal apoyo de TECOS-MICOS es el Council On Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores). Cortinas de humo En estos años, a partir del Cubilete 1975, han caído varios mártires y héroes a manos desconocidas. La culpa siempre la tenía el popular “Pollo” FERNANDO GUTIÉRREZ BARRIOS y en los últimos años la culpa de todo lo que ocurría en México era de Manuel Bartlett como el caso de M. Buendía (t). En lo personal le quiero comentar a nuestros amables lectores que por experiencia propia siempre concluí que tanto Gutiérrez Barrios (t) como Manuel Bartlett eran “cortinas de humo”, ya que son personajes que los caracteriza su nacionalismo. Después de una larga investigación realizada por el doctor Felipe Yuste, hispano de origen, fue posible descubrir un escrito-denuncia entregado en la Presidencia de la Republica en el mes de agosto de 2002. Nos reservamos “la fuente” por seguridad del actor. Una vez conocido el documento escrito por el héroe anónimo que hemos mencionado lo transcribimos a continuación:
“Crímenes perpetrados por órdenes de Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo; Antonio y Gonzalo Leaño Reyes, Humberto Dávalos Herrera, Néstor Velasco Pérez, Carlos Montes Martínez, todos ellos funcionarios de la Universidad Autónoma de Guadalajara UAG. Sr. Vicente Fox Quesada, Presidente Constitucional de los EUM, Gral. De Div. DEM Ricardo Clemente Vega Díaz, Secretario de la Def. Gral. De Div. DEM Rafael Macedo de la Concha Procurador Gral. De la R. Al Comandante de la XV Zona Militar Periodistas de los Medios Interesados de los casos Mr. Jeffrey Davidow Embajador de los EU en México Con todo mi respeto para ustedes: Yo, Lorenzo Lira García, haciendo uso de mi derecho de expresión, denuncio ante ustedes una serie de crímenes en los que están involucrados los primeros mencionados, los cuales no fueron denunciados por mí o por personas enteradas de los mismos por lo siguiente: amenazas de muerte por los inicialmente nombrados; exigencias de secreto por el juramento hecho por Dios y la Patria a la Organización Secreta de los ‘Tecos’ (1) y amenazas de despido y contra la seguridad familiar. Yo quedé desligado de todo esto en razón de que fui expulsado de la Organización y dado de baja de la UAG. La razón por la que después no denuncié tales hechos era que el Ejército sin saberlo (los Mandos) estaban involucrados. A saber: El 2 de marzo de 1987 ametrallaron a mi sobrino Víctor Manuel Lira y a su amigo Salvador Baeza, los cuales murieron en el acto. Los testigos aseguraron que se trató de un comando y sus integrantes tenían aspecto de militares. A pesar de que Salvador Baeza era sobrino del Lic. Enrique Álvarez del Castillo en ese tiempo gobernador del estado de Jalisco, nunca se localizó a los asesinos. Gonzalo Leaño Reyes, (sobrino del Lic. Enrique Álvarez del Castillo y éste a su vez, primo del Lic. Antonio y del Ing. Juan José Leaño Álvarez del Castillo), presumía con sus amigos y con gente de los grupos secretos de los ‘Tecos’, que él, Gonzalo, había ordenado la muerte de mi sobrino Víctor Manuel Comparán Lira a un comando de la Policía Judicial Federal Militar que tenía a sus órdenes, y que decía que seguiríamos los demás de la familia. Desde entonces estamos a merced de ello. El Señor MANUEL BUENDÍA TÉLLEZ GIRÓN fue asesinado por una persona con apoyo de otros dos, pertenecientes a un grupo TECOS secreto de la Sección Oriente de Guadalajara (2), infiltrado en la sección 3 y en la Policía Judicial Federal Militar. No fue cierta la versión oficial en ese tiempo. El 26 de abril de 1984, Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo, Antonio y Gonzalo Leaño Reyes, Raymundo Guerrero G. (t), José Luis Aguilar Mora (t), Humberto Dávalos Herrera, Néstor Velasco Pérez, se presentaron en el domicilio del Lic. Carlos Cuesta Gallardo (t) (avenida Américas 384). El Lic. Antonio Leaño Álvarez del Castillo, me dijo que le avisara al Lic. Cuesta sí los podía recibir. Ya dentro, me retiré a la planta alta pero alcancé a escuchar que el Lic. Antonio Leaño Álvarez del Castillo ‘en nombre del Mando Nacional que el preside y cuyos integrantes están presentes’, ‘pedimos la cabeza (sic) del periodista judío Manuel Buendía, por estar involucrando al movimiento TECOS y a la Universidad Autónoma de Guadalajara en asesinatos, lavado de dinero del narcotráfico, tráfico de drogas en complicidad del Cochilco y de don Neto’. El Lic. Cuesta sumamente indignado le ordenó que no fueran a matar al periodista, que arreglaran el asunto de otro modo, que lo enfrentaran en lo periodístico y con los contactos políticos y policiacos; que para qué se habían metido en problemas (se dirigía directamente al Lic. Antonio y al Ing. Juan José Leaño Álvarez del Castillo a los cuales nombrada constantemente), que resolvieran el problema en forma inteligente. Antonio Leaño Álvarez del Castillo y los integrantes del Mando Nacional TECOS entre ellos sus parientes ya mencionados, no obedecieron. Humberto Dávalos Herrera fue el que coordinó todo el operativo con apoyo económico de Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo, por medio de Antonio Lamberto Rodríguez Zavala, tesorero interno de la Organización Secreta de los ‘TECOS’, (el Pagador Nacional de la ‘OS’, anterior, lo fue Enrique Aguilar Razura, de la Femaco, posteriormente jefe de relaciones públicas del periódico Ocho Columnas), supervisado por Antonio y Gonzalo Leaño Reyes en cuanto a la vigilancia del gasto (3) Raymundo Guerrero Guerrero (‘Rómulo o Juárez’) era el jefe ideológico y su sobrino José Aguilar Mora y el Dr. Néstor Velasco Pérez eran del apoyo de Inteligencia. También supervisados directamente por Antonio y Gonzalo Leaño Reyes por órdenes de Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo. Para tal efecto, Humberto Dávalos Herrera citó a José Luis Castellanos Orozco, jefe de un grupo secreto de TECOS de la Sección Oriente de la Universidad de Guadalajara, que a su vez tenía a varios elementos infiltrados en la sección segunda del Ejército y en la PJFM. En dicha cita estuvo Gonzalo Leaño Reyes, hijo de Antonio Leaño Álvarez del Castillo. Gonzalo manejaba en ese tiempo el servicio de Inteligencia TECOS en el cual yo estaba integrado, y los grupos de represalia, acción directa y choque, con el subordinado Carlos Montes Martínez, Gonzalo Leaño y Humberto Dávalos le explicaron la situación a Castellanos. Le recordaron el juramento hecho a la Organización por Dios y por la Patria y acordaron el operativo, gastos y entrega de armas. Todo esto me fue comentado por Humberto Dávalos Herrera. El dinero solamente podía ser entregado con la autorización de Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo. Los elementos que participaron directamente en la ejecución son: Refugio Reyes (Cuco Reyes) Alfonso Mena Martínez y posiblemente Isidoro Sánchez, que estaba integrados en el Ejército mexicano. Castellanos, como era el responsable de la acción; estuvo presente. Para poder infiltrarse en el Ejército, por órdenes de Antonio Leaño Álvarez del Castillo, se presentaron con el entonces mayor de Caballería César Montaño para llegar a un acercamiento y tratarlo. Castellanos fue el comisionado por el Lic. Leaño y el Mando Nacional TECOS, para acercarse, ganárselo y engañarlo para poder acomodarse directamente en Inteligencia del Ejército. Ya que lograron ganarse al Mayor Montaño y de haber tenido contacto con el también, entonces, Mayor Rubén Rivas Peña, lograron que se les otorgaran lugares en la Defensa. Castellanos tiempo después se casó con una hermana del ahora General Rubén Rivas Peña. Parece que Castellanos, a decir de él, fue agente ministerial en la XV Zona o en la V región militar. Los contactos con Humberto Dávalos Herrera y Gonzalo Leaño Reyes fueron más constantes. Castellanos en las pláticas que tenía conmigo se refería con todo respeto a don ‘ANDRES’ (3) pseudónimo de Antonio Leaño Álvarez del Castillo y del ‘Inge’ refiriéndose a Juan José Leaño Álvarez del Castillo; ‘Gustavo’ era Gonzalo Leaño Reyes y a Humberto Dávalos Herrera lo llamaba el ‘Máster’ y éste nos decía ‘camaradas’. Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo, siempre ejercieron una férrea vigilancia sobre Castellanos y su grupo con entrevistas personales para el seguimiento de las acciones programadas (asesinatos) por medio de Gonzalo Leaño Reyes y Humberto Dávalos Herrera (sobrino político de los Sres. Leaño). Otra coladera se llevaba a cabo cuando el contacto de Castellanos con los TECOS recogía el dinero quincenalmente de la partida que se les había asignado y que era la 12. Alfonso Mena Martínez era el contacto y se entrevistaba con el pagador interno de la Organización de los TECOS, Antonio Lamberto Rodríguez Zavala, ‘El Chinito’, cuya oficina se localizaba en el segundo piso del edificio de la Facultad de Humanidades en CU (Ciudad Universitaria) de la Universidad Autónoma de Guadalajara. En caso que éste no pudiera atenderlo, el dinero le era entregado por Gonzalo Leaño Reyes o por Humberto Dávalos II a Castellanos. Al día siguiente del asesinato, en el aeropuerto de Guadalajara, ya para abordar el avión particular de los Leaño en viaje a la ciudad de México, el Lic. Antonio Leaño Álvarez del Castillo y su guardaespaldas Jesús Ruvalcaba Raigoza fueron interrogados por la Policía que investigaba ya a los responsables de la muerte del periodista Buendía; los dos engañaron a los investigadores, pero es importante señalar que el Sr. Jesús Ruvalcaba se cambió el nombre al ser interrogado, ¿Por qué lo hizo, era importante ocultar su identidad? Leaño y los TECOS eran los principales sospechosos, lo había anticipado el periodista ¡Los TECOS me van a matar! Manuel Buendía había investigado a fondo y en su columna del Excélsior (Red Privada), las actividades ilícitas de los Leaño y de su organización secreta de los TECOS, sus múltiples nexos, apoyados e infiltraciones. La esposa de Manuel Buendía y su hermano Ángel Buendía acusaron a los TECOS del asesinato y nunca quedaron satisfechos del resultado de las ‘investigaciones oficiales’ de Miguel de la Madrid Hurtado. En el asesinato de RAMÓN PLATA MORENO (4), en ese tiempo jefe máximo de la Organización Secreta del MURO, participaron Refugio Reyes o ‘El Cuco’ Reyes, Alfonso Mena Martínez, Carlos Velarde Navarro (‘El Tigre’) y José Luis Castellanos Orozco. El armamento fue proporcionado por el encargado del arsenal Carlos Montes Martínez a Humberto Dávalos Herrera y éste a su vez lo entregó a Castellanos junto con la partida de dinero para la ejecución; el premio fue entregado posteriormente. Refugio ‘Cuco’ Reyes se movilizaba en un VW con un logotipo del Museo Nacional de Antropología que le había asignado la sección segunda o la PJFM Ramón Plata Moreno pertenecía a los TECOS. Le entregaron la Organización del MURO y éste los traicionó y se ‘independizó’. Eso fue su sentencia de muerte, los familiares siempre acusaron a los Leaño de ser sus asesinos, la demanda nunca prospero por falta de pruebas en contra de los TECOS, igual sucedió con Buendía y con otros. Posteriormente JORGE KARKPOUPULUS fue asesinado junto con su hijo Cristo afuera de su domicilio de paseos del Sol en Guadalajara. Karkpoupulus vino a fundar el Muro en Guadalajara. Ya como enemigo, los Leaño se inquietaron, principalmente Gonzalo Leaño Reyes como jefe de Inteligencia de los TECOS. ¡Fundar la Organización del MURO en Guadalajara! y con mayor razón ¡porque ya estaban infiltrando la Universidad Autónoma de Guadalajara para tomarla! Esta fue la causa de su sentencia de muerte de parte de Gonzalo Leaño Reyes, autorizada por Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo, los cuales aprobaron una nueva partida para realizar la operación y extender las líneas de espionaje para localizar a otros miembros del MURO como Abel Hernández Rossete que quedó como jefe después de la muerte de Karkoupulus. La señora Amparo Cuellar, viuda de Karkoupulus, denunció ante la Procuraduría de Justicia de Jalisco, que los Leaño eran los responsables de los asesinatos de su esposo y su hijo. Nunca prosperó en su denuncia. Aquí los Leaño manejaban gente de la Procuraduría, según presumían. En esta acción participaron: Alfonso Mena Martínez, Miguel Rojas (no recuerdo si estuvo en la PJFM, pero en ese tiempo era Judicial de Jalisco). El Dr. ÁNGEL MORALES CASTRO fue asesinado por órdenes de Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo. Esto por el sólo hecho de que el Dr. Morales comentó que tenía derecho a la rectoría de la Autónoma de Guadalajara. El Dr. Morales en ese tiempo era director del Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital Escuela Dr. Ángel Leaño y le afiliaron a un grupo OS de control para vigilarlo. Según Antonio y Juan José Leaño A. del C. el Dr. Morales era un traidor al movimiento TECO, y que ya no obedecía órdenes de la superioridad que ellos representaban. Antes había sido OFICIAL MAYOR de la UAG y fue con el Dr. Luis Garibay coautor y partícipe en el plan de desarrollo de la UAG. Se perfilaba como rector, lo que disgustó a los Leaño. Por las presiones se retiró de la Universidad para ser llamado de nuevo por el Lic. Antonio Leaño; degradado fue mencionado para Director del Hospital Escuela y de la Facultad de Medicina, el Doctor Néstor Velasco Pérez aborrecía al Dr. Morales, resultando beneficiado con su muerte, ya que fue nombrado por la Rectoría, Director de la Facultad de Medicina y del Hospital Escuela y actualmente vicerrector Académico, dirección que anteriormente desempeñó el Dr. Morales con el nombre de “Oficial Mayor” (El Lic. Antonio Leaño Reyes es el Vicerrector de Finanzas). El Dr. Morales fue detenido cerca de su domicilio y sacado de su carro y subido a otro vehículo. En esto participaron Isidoro Sánchez, Miguel Rojas y probablemente Castellanos. Morales fue muerto con criminal saña: lo apuñalaron, le sacaron los ojos, le arrancaron cabellos y le dejaron tirado en un baldío “recibió el merecido castigo destinado a los traidores”, así reza el Ceremonial Secreto de los Tecos. El hecho aterrorizó a propios y extraños y fue el aviso directo para ni meterse ni atravesárseles a los Tecos. El crimen nunca se aclaró. En el velorio del Dr. Morales, sus amigos recibieron telefonemas de amenazas de muerte, y es que en sus pláticas estaban mencionando directamente a los Tecos como responsables. Los espías Tecos presentes les reportaron, e inmediatamente fueron llamados al teléfono por su nombre, amenazándoles de muerte si no se callaban. DOS ASESINATOS QUE CONMOVIERON A MÉXICO. A PESAR DE QUE TODO APUNTARA A LOS TECOS, A LA FECHA NO HAN SIDO ACLARADOS. EL TERRORISMO TECO: SUS ATENTADOS DIRECTOS CONTRA LA VIDA Y LAS LIBERTADES DE EXPRESIÓN, DE CONCIENCIA Y DE CREENCIAS. SILAO, GUANAJUATO, CERRO DEL CUBILETE; ‘AL GRITO DE TRAIDORES PAPÓLATRAS’, SIEGAN LA VIDA DE DOS JÓVENES ACEJOTAEMEROS COMANDO TECO EJECUTANDO ÓRDENES DE LA SUPERIORIDAD, ENLUTA DOS HOGARES MEXICANOS CATÓLICOS MEDIO DÍA DEL SABADO 22 DE NOVIEMBRE DE 1975, CERRO DEL CUBILETE, PEREGRINACIÓN DE LA ASOCIACIÓN CATOLICA DE LA JUVENTUD MEXICANA. NOMBRES DE LOS SACRIFICADOS: JUAN BOSCO ROSILLO Y CÉSAR FERNANDO CALVILLO. INFORME DE AUTOPSIA, RECIBIERON GOLPES FUERTES; UNO DE ELLOS CON LA MANDÍBULA ROTA, DISPAROS A QUEMARROPA, AL CUELLO Y A LA CABEZA.
El núcleo directivo del grupo terrorista Teco fue capturado en el Hotel Silao, en Silao, Guanajuato. El mismo día de los hechos, la Policía local reportó a los siguientes detenidos: Arturo Velasco Pérez (funcionario de la UAG) (expresidente de la asociación de egresados de la UAG.); Dionisio Fernández Salazar, funcionario de la UAG y alto directivo del equipo de futbol Tecos de Primera División; Carlos Montes Martínez, funcionario y jefe del departamento deportivo de la UAG, jefe de las fuerzas de choque y excomandante del pentatlón deportivo militar universitario. Héctor Antonio Fernández Lira, pseudónimo, “El Capitán”, logró escapar a tiempo del hotel aunque perdió sus pertenencias. Las órdenes de Gonzalo eran las de hacerle a los del MURO un escarmiento ejemplar, destrozándoles la peregrinación, golpeando, insultando y matando. Según las investigaciones del Ejército; resultaba el grupo “Tecos” directamente involucrado en los asesinatos. Las llamadas telefónicas del “comando operativo” teco en Silao, enlazaban a Guadalajara desde donde Gonzalo recibía información y dictaba órdenes. Enterado Gonzalo del fracaso de su operación, salió de estampida de su refugio en Guadalajara, acompañado de su papá Antonio Leaño. Se escondieron en el DF y sólo reaparecieron cuando se sintieron seguros de haber eludido la justicia. Los asesinos directos fueron un tipo apodado “El Checo” y otro de apellido Peredo, alias “El Oso”, que pertenecían en ese tiempo a un grupo secreto “Tecos” de la sección Oriente y al mando de ellos estaba Héctor Antonio Fernández Lira que también era jefe de toda esa sección; el que se hace llamar “Capitán”. Héctor Antonio Fernández Lira “El Capitán” fue comandante del pentatlón zonas Jalisco y Colima. Los asesinos pertenecían a esta agrupación. El contingente “Jalisco” para la operación “Cubilete” estaba integrado por elementos del pentatlón casi en su totalidad. Ha de saberse que todos los ejecutores primeramente nombrados, pertenecieron al pentatlón y que de esa agrupación, los Tecos, en los estados que controlan, enrolan a sus fuerzas de choque y que también aprovechan, para hacer su proselitismo, a los grupos paramilitares: “Amigos del Ejército”, “Rescate Juvenil” y otros. Notas 1. De la organización secreta de los Tecos (sigla interna “os”), es un tema para tratarse posteriormente en detalle, a fin de entender: de su origen, organización, bases estatutarias, ceremoniales, sistemas de enrolamiento, proyecciones al exterior (lo que internamente llaman en la “os”: comisiones de influencia exterior orientadas a la infiltración, proselitismo y control: ejemplo: Iglesia católica, seminarios, acción católica, variantes de la misma. Iglesia católica tradicionalista; diversas sectas; del Ejército, de los partidos políticos, de las sociedades secretas–masonería. De las asociaciones de servicio social: leones, rotarios; asociaciones deportivas, etc. La influencia exterior reconoce ámbitos: por ejemplo: universitario local (UAG, UNIVA, UDG, ITESO, ITESM, y otras instituciones, hospitales y lugares donde se hace el servicio social de las diversas carreras profesionales), nacional e internacional, política local, nacional e internacional, etc. Esta amplísima actividad es financiada desde la UAG, con fondos de la UAG por las familias Leaño Álvarez del Castillo y Leaño Reyes y Leaño Espinoza, estas dos últimas derivadas del tronco principal, desempeñan la actividad operacional. El origen de los fondos para el financiamiento es un sector de explicación diversa en su extensión. La clave la constituye Antonio y Juan José Leaño Álvarez del Castillo. Es poco lo que a la fecha trasciende al exterior; poco se ha perforado el secretismo de la organización. Su meta es asaltar el poder nacional. La historia nace en 1935, el origen está en Guadalajara. El ingeniero César Martino en el año 1936 expresó: “el primer golpe fuerte contra el gobierno revolucionario lo han dado, no los conservadores de Miguel Miramón sino ellos (refiriéndose a la fundación de la UAG)”. 2. Sección Oriente: “Comando de infiltración Teco en la UdeG.”. Se refiere a la infiltración de los Tecos en la Universidad de Guadalajara (institución oficial) (universidad de gobierno del estado de Jalisco): materia de investigación aparte, son: el inicio, desarrollo, efectos de la infiltración, alcances, e intentos directos de apoderarse de la misma. Sus antecedentes inician en el año 1935. Aparte del “Capitán” Héctor Fernández Lira, ha sido jefe de la Sección Oriente entre otros: “El Gordo Calabacitas”: Arturo López Macías, quien puede dar información de hechos delictuosos de la “os” en las secciones “Barrios y Oriente”. 3. El uso de pseudónimo es obligatorio en la “os”; la finalidad es perder la identidad de los miembros y de las jefaturas en el trabajo organizativo y la de los “compañeros inspectores” de grupos, locales y foráneos; evitando filtraciones derivadas de los informes por escrito y órdenes que periódica y constantemente fluyen en la “os”. Un miembro puede utilizar varios pseudónimos. En situaciones de alerta, la “superioridad” o “alto mando” ordenaba la incineración de archivos. Actualmente se conservan en discos de computadora. Los responsables de esta sección son: el Dr. Néstor Velasco Pérez, en la jefatura y Arturo Ortega Ponce “El Grima”, egresado de la Universidad de Guadalajara. Éste es el jefe del centro de cómputo interno instalado en un lugar secreto fuera de ciudad universitaria de la UAG. Asimismo es el jefe interno de “capacitación”; organizador activo del pentatlón y de sus egresados, contacto con militares y encargado de mantener relaciones con grupos de la ultra derecha española. 4. Antonio Leaño Álvarez del Castillo y Juan José financiaron, con fondos de la UAG, los movimientos MURO y FUA (Frente Universitario Anticomunista), respectivamente en la ciudad de Puebla y luego en la ciudad de México. Los integraron en organización secreta y les proporcionaron los medios económicos y logísticos para que se difundieran nacionalmente. La base del MURO lo fueron todos los colegios lasallistas de la República Mexicana. Enseguida infiltraron la UNAM y diversas instituciones educativas de educación superior en la república. De las afiliaciones estudiantiles al MURO y al FUA se originaron cuadros capaces de infiltrar partidos políticos, locales, estatales y nacionales, oficinas gubernamentales, instituciones educativas, a niveles de direcciones y jefaturas. Resulta interesante revisar las listas de integrantes de los partidos políticos, de funcionarios de gobierno procedentes del PAN y PRI. Tecos, Muros, Yunques y Guías aparecen en todos lados; actualmente se reconocen y apoyan en “hermandad de ideales”. 5. César M. Miembro de las “Misiones Culturales de la SEP” (1929-1932), fundador de la CNC (Confederación Nacional Campesina), diputado por Jalisco al Congreso, gerente de los bancos obreros y nacionales de crédito agrícola colaborador de las revistas Hoy y Siempre y del periódico Excélsior de la ciudad de México (el ingeniero César M “conocía muy bien la tela que cortaba”. A la fecha, los Leaño preparan el golpe mortal a la nación: “la operación de los casinos en México”) la sociedad clama al patriotismo de los diputados y senadores: “¡frustren el traidor golpe!”. ¡No se dejen engañar! Yo, Lorenzo Lira García, originario de Guadalajara, Jalisco. En 1965 fui reclutado por la organización secreta de los “Tecos”. Después de un breve adoctrinamiento (por Arturo Velasco Pérez) y entrenamiento para estudiar e ingresar a candidatos a la organización, fui enviado a México, a organizar secretos “Tecos” para neutralizar a la organización secreta del MURO-Guía-Yunque. Ramón Plata Moreno traicionó a sus jefes “Tecos”. Se quedó con la organización secreta del FUA y su apéndice MURO, grupos que en realidad fueron planeados, diseñados y organizados en teoría por Carlos Cuesta Gallardo, el cual instruyó a Ramón Plata Moreno en todo lo relacionado sobre los grupos secretos. Plata recibió los sistemas de investigación y estudio de candidatos, de invitaciones y enrolamientos; los reglamentos del movimiento, de sesiones ordinarias y extraordinarias; cómo conducir las sesiones y cómo hacer creer los grupos. El Sr. Dante Delgado, en su magnífico libro sobre “El Yunque”, no toma en cuenta, tal vez por ignorarlo, o porque “El Yunque” quiere borrar todo nexo con los “Tecos”, que la genialidad de Carlos Cuesta Gallardo dio origen al FUA-MURO Ramón Plata. Antonio Leaño Álvarez Del Castillo era y es el financiero. Nunca fue y ni es el dueño del dinero (todo se lo ha robado). Por este motivo, Antonio Leaño Álvarez del Castillo “Andrés”, tuvo contacto muy directo. Plata vio en “Andrés” a un jefe tolerante y dadivoso y en Carlos Cuesta Gallardo vio a un jefe idealista, trabajador, intransigente y recto, que no toleraba las acciones fuera de la ética, de la moral y del nacionalismo. Con el tiempo, Plata se dio cuenta que “Andrés” era todo lo contrario: relajado, sin honor, doble, ladrón e inmoral. Por este motivo, Plata se apegó a Antonio Leaño “Andrés”, pero al momento en que Plata traiciona, “Andrés” no lo perdona que se robe 2 millones de dólares que se le habían entregado para la “expansión nacional de la derecha” y de toda la inversión que se había hecho. Entonces, Dante Delgado no sabe que Plata fue agredido y le falló a Leaño ese primer intento. El segundo fue el bueno. Antes de la muerte de Plata, el clan Leaño llevó a cabo un atentado en contra de la organización de Plata. “Gustavo” Gonzalo Leaño Reyes y Pedro Rodríguez López, con el consentimiento y el dinero proporcionado por “Andrés”, movilizaron a todas las organizaciones secretas de los “Tecos” en la llamada “toma del Cubilete” o “marcha al Cubilete”. La orden que dio Gonzalo Leaño fue que hubiera muertos para escarmentarlos. Así fue, dos muertes inútiles y crueles, a la más “alta escuela de los Tecos de Leaño”. Lorenzo Lira García Yo, Lorenzo Lira García, fui invitado al “Yunque” en un grupo de: “juventudes cristeras” en 1968. Me investigaron Jorge Herrera Rey y Juan Francisco Bonequi. Fui ingresado en casa de Jesús Flores en la colonia Postal. Con el tiempo me llevaron a diversas actividades y me adentré en “El Yunque”. Yo y otros infiltrados “Tecos” en el “Yunque” fortalecimos la información con muchos datos y dio lugar a que Cuesta me comisionara para desenmascarar al “Muro-Guía-Yunque” en Guadalajara. Viendo los avances en las investigaciones, “Andrés” intervino y su clan se apropió de la lucha contra el “Yunque” para golpearlos y luego llegar a acuerdos, ¿verdad don Diego? El clan Leaño no toleró que el MURO-Guía-Yunque invadiera a la Universidad Autónoma de Guadalajara. Don Diego, sabe que Leaño asesinó a Jorge Karkoupulus y a su hijo Kristo, lo mismo que a su jefe Plata y a los dos jóvenes “cristeros”. Entonces, por qué los defiende con Mex-Lub, Colosio, ¿verdad? Yo tuve contacto con Alberto Hernández, por instrucciones de Gonzalo Leaño “Gustavo”, contacto que me quitaron por órdenes de “Andrés”. Supe de la tragedia familiar de Alberto, señora e hijos, de sus padecimientos, de sus crisis por causa del “Yunque”. Si las autoridades se dan a la tarea de aclarar a fondo estos crímenes, detendrán al clan Leaño en sus planes mesiánicos de esclavizar y saquear a nuestra patria. Hay que estar conscientes que los jefes de “Tecos” y “Yunque” se han convertido en un problema de seguridad nacional que ha culminado con el asesinato de Colosio y que no van a parar en eso. Su ambición es desmedida. Es necesario que el Ejército abra los archivos de los “Tecos” y del MURO-Guía-Yunque. No es bueno que nuestras autoridades nos dejen en la estacada y los sigan tolerando. Deben ustedes de saber que tanto “Tecos” y “Yunque” tienen como uno de sustentos ideológicos el libro La guerra sintética, en donde dan por permitido asesinar a quien oprime. En el caso de los jefes del “Yunque” y “Tecos” dan por hecho que todo el que no está con ellos está contra ellos. Plata, Buendía y otros, sabían que los “Tecos” los iban a matar y lo dijeron. Nadie los salvó porque no les hicieron caso. A mí, tarde que temprano me van a matar, ¿harán algo por mí? O seguirán en la impunidad y en la corrupción. Saben a quiénes tienen infiltrados para llevar a cabo sus asesinatos, investiguen.
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Veamos ahora el siguiente artículo publicado en ocasión de la muerte del Gran Capo de la ultraderecha mexicana:
Leaño: un católico duro
Felipe Cobían R.
Revista PROCESO online
25 de julio del 2010
Los suyos lo veían como un “duro” del catolicismo. Sus rivales, como un ultraderechista fanático y peligroso. En todo caso, en la vida pública de Antonio Leaño Álvarez del Castillo y en su muerte –el sábado 3– prevalecieron los privilegios del dinero, que le merecieron el perdón de la Iglesia católica y de sus archienemigos, ahora casi gemelos, de la UdeG...
Antonio Leaño Álvarez del Castillo, quien murió el sábado 3 en el Hospital Puerta de Hierro a los 94 años, cerró su largo ciclo sin ceder un ápice en su ideología ni en sus negocios.
Como dijo en su larga oración fúnebre su panegirista, Rafael Rodríguez López: “Militó en el sector combatiente del catolicismo sin ofrecer jamás la otra mejilla a los agresores”.
El mismo orador expresó: “Antonio, para nosotros, fue el auténtico legionario de Cristo, que siempre predicó la ley de Dios y nos previno de la religiosidad hipócrita de los falsos mesías y de los mercaderes de la salvación del alma que proliferan por acá”.
Fundador y rector vitalicio de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), cabeza de la asociación secreta Tecos, empresario inescrupuloso, radical antimarxista y anticastrista, antisemita, católico ultraconservador y proscrito por años hasta llegar al borde de la excomunión; enaltecedor de dictadores y gobernantes autoritarios, que van de Hitler a Somoza y Pinochet, pasando por Stroessner y Fujimori –estos dos últimos, doctores honoris causa en su universidad–, Leaño recibió el perdón de la Iglesia casi al final de su existencia.
A su muerte le llovieron las condolencias de grupos empresariales, de universidades privadas, a excepción de la Panamericana y del ITESO, pero incluida la Universidad de Guadalajara, antaño “socialista y popular”, causa y efecto de la creación de la derechista UAG.
Antonio Leaño fue presidente y rector formal de su institución educativa hasta los 70 años de su fundación, que se cumplieron el 3 de marzo de 2005. En su discurso de despedida recordó que la universidad fundada por él y otros “intrépidos jóvenes” es un monumento “al valor y a la generosidad de la sociedad tapatía de aquellos años treinta, de la que brotó la pasión, la heroica rebeldía y el respaldo total, aun con sangre, a los jóvenes que nos negamos a tener una universidad al servicio de la tiranía marxista-leninista”.
Aquella vez agradeció a su hermano menor, Juan José –expresidente de la Federación Mexicana de Futbol–, haber formado con él “una mancuerna en la que emprendimos y realizamos juntos labores de todo tipo”.
Y públicamente pasó el relevo a sus descendientes: “A ustedes, mis hijos, nueva generación de líderes universitarios, les deposito la estafeta de los ideales de nuestra querida universidad” –dijo, dirigiéndose particularmente a Antonio y Gonzalo Leaño Reyes, dos de los nueve vástagos que lo sobreviven, aparte de su viuda, Paz Reyes de Leaño.
Al primero le dejó la universidad como herencia al ascenderlo de vicerrector a rector, puesto inseparable de su entorno de negocios hechos al cobijo de la institución, entre ellos los grandes desarrollos inmobiliarios. A Gonzalo lo mantuvo en la dirección del periódico Ocho Columnas.
Catolicismo a su estilo
El 3 de marzo de 1935, el patriarca de los Tecos, su hermano Ángel, Carlos Cuesta Gallardo, José Luis Ruvalcaba Atilano y Fernando Banda, con la bandera de la libertad de cátedra, fundaron la Universidad Autónoma de Occidente, que luego se convertiría en la UAG, en oposición a la reforma del artículo tercero constitucional de 1934, que establecía una educación pública “socialista” y que de inmediato había adoptado la Universidad de Guadalajara, de la que el grupo se escindió.
El catedrático universitario y analista político Juan José Doñán recuerda que, aun cuando en sus orígenes la UAG “enarboló valores como la libertad de cátedra y de pensamiento, así como la no injerencia de partidos o gobiernos en la vida universitaria, pronto se convirtió en una institución facciosa, anticomunista, antisemita y profranquista, lo que llevó a sus dirigentes –entre ellos a Antonio Leaño– a hacer una purga, persiguiendo y echando de la UAG a toda aquella persona que no compartía su forma de pensar”.
Entre las víctimas de esa “depuración” estuvieron algunos jesuitas y el cofundador del PAN, Efraín González Luna, a la postre el primer candidato a la Presidencia de la Republica postulado por el blanquiazul.
“No obstante su ideología ultraconservadora –subraya Doñán–, el grupo dirigente de la UAG estableció y mantuvo, para su propio provecho político y económico, relaciones con los gobiernos ‘revolucionarios’ del PRI y, desde 1995, también con los ‘reaccionarios’ del PAN.”
Años después, a finales de 1944, a propuesta de Cuesta Gallardo, los fundadores y algunos exalumnos y alumnos escogidos de la llamada primera universidad privada del país crearon el grupo secreto de apariencia católica denominado Tecos, con todos los formalismos de una secta secreta, con un sistema de espionaje y un rito: juraban fidelidad a su causa delante de un crucifijo.
Según el jesuita José de Jesús Martínez Aguirre, uno de los fundadores de la UAG, la idea se le ocurrió a Cuesta Gallardo después de un viaje que hizo a la Alemania nazi y a la España franquista, donde estudió las organizaciones secretas.
Posteriormente, con la bendición del arzobispo José Garibi Rivera, maestros y alumnos que habían abandonado la UAG establecieron, en 1957, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, hoy Universidad Jesuita ITESO.
Al poco tiempo los Tecos allanaron las improvisadas instalaciones del nuevo instituto de educación superior y amenazaron de muerte a varios maestros, al considerarlo como competencia, dado el sello católico que pretendían monopolizar.
Por esa razón Garibi Rivera, quien posteriormente se convirtió en el primer cardenal mexicano, condenó la agresión e incluso amenazó:
“Sepan los directores o instigadores de tales atentados que no podrán acercarse a los sacramentos mientras no restituyan la honra y los bienes que han dañado con la calumnia y con el atropello”. Añadió que “la Universidad Autónoma de Guadalajara no reúne las condiciones para ser una universidad católica”.
Cerca del final de su arzobispado, a principios de los setenta, Garibi Rivera accedió sin entusiasmo –porque Leaño y su gente se oponían férreamente a las reformas del Concilio Vaticano II– a bendecir la Ciudad Universitaria Autónoma. Se iniciaba una época de no agresión, pero no de mejores relaciones.
Cuando agitó la escena mundial el rebelde y muy conservador obispo francés Marcel Lefevbre, los Tecos, con Leaño a la cabeza, se adhirieron de inmediato a su doctrina. Transcurrieron los arzobispados de los cardenales José Salazar López y Juan Jesús Posadas Ocampo.
Y entonces llegó el perdón. Aunque obstinado en su fe católica a su modo e interpretación, el 28 de octubre de 2008 a las 12:00 horas el alumno de Garibi, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, recibió del rector Antonio Leaño Reyes una medalla al mérito creada ex profeso para él y llamada Ciencia y Libertad en el Orden Eclesial en Grado Cardenalicio (Proceso Jalisco 208).
El pasado domingo 4, el mismo Sandoval Íñiguez celebró la misa de cuerpo presente en la basílica de Zapopan. Igual que en las honras fúnebres celebradas previamente en la sede de la UAG, donde Leaño fue sepultado en un mausoleo construido recientemente, había en el templo muchas mujeres con la cabeza cubierta. Muy al estilo lefevbriano.
Negocios y política
Tras la muerte de Leaño Álvarez del Castillo se volcó en esquelas fúnebres un sector de empresarios que tienen relación con la UAG y prácticamente todas las universidades, a excepción de las ya citadas. Además, la UdeG se hizo notar con un cuarto de plana, igual que el gobierno del estado y la mayor parte de los ayuntamientos de la zona metropolitana.
“A lo largo de medio siglo, particularmente durante la época de la Guerra Fría, la UdeG y la UAG mantuvieron una intensa enemistad, rubricada con hechos violentos, la cual comenzó a desinflarse años antes de la caída del Muro de Berlín (1989), aun cuando todavía en 1991 el entonces rector de la UdeG, Raúl Padilla, calificara públicamente a la UAG de ser un “centro de formación fascista”. (...) Lo menos que los Tecos de la UAG llegaron a decir de su contraparte fue que era un ‘criadero de comunistas’. Por su lado, los beligerantes de la UdeG decían que los autónomos eran un ‘foco de incubación reaccionaria’”, escribe Juan José Doñán en su libro Aí pinchemente: para un retrato de los tapatíos, de próxima aparición.
Gilberto Parra Rodríguez, quien fuera diputado federal por el PRD y presidente de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), comenta sobre las condolencias públicas de la UdeG que ésta “ha cambiado muchísimo y está al servicio de las políticas neoliberales, como lo ha estado la autónoma”.
Reconoce que saludar o dar el pésame es de elemental cortesía, “pero si se analiza el pensamiento ahora de una y otra universidad, y de los mismos universitarios, ya no hay diferencia. La actitud de unos y otros es igual de individualista, tienen la misma visión y la misma actitud de divorcio e indiferencia hacia los problemas sociales. Ya no hay un mínimo de solidaridad con quienes pagamos la educación pública, y eso que los egresados de la UdeG tienen un mínimo de posibilidades de ser empleados (sólo un 10%), son los excluidos del sistema”.
Una faceta de Antonio Leaño que muestra esta lejanía de los intereses sociales es la de sus redituables desarrollos inmobiliarios. Rubén Ávila Marín, defensor de comuneros de San Juan de Ocotán, colindantes con terrenos de la UAG en el municipio de Zapopan, señala:
–Don Antonio Leaño fue un empresario sin escrúpulos... Se apoderó de la Isla Navidad, que era propiedad del ejido La Culebra, en el municipio de Cihuatlán. Fue él quien desvió el río Marabasco hacia la laguna de Barra de Navidad para cambiar los límites de Jalisco y entregar esas tierras a Colima, donde podía maniobrar mejor para su beneficio.
“A la brava se quedó con la Hacienda de la Providencia, donde ahora es Puerta de Hierro y se elevan grandes torres. Desde hace años mantenemos una lucha contra los de la UAG porque quieren quedarse con 130 hectáreas de La Coronilla, del ejido de San Juan de Ocotán... Para los Leaño, la educación es secundaria. Los desarrollos inmobiliarios son su gran negocio.”
No menos temible es el resto del grupo Tecos. El abogado José Antonio Ortega Sánchez le atribuye torturas y seis asesinatos de disidentes de la secta ultraderechista de El Yunque.
Una nota del periodista Álvaro Delgado, publicada en la edición 1744 de Proceso, el pasado 4 de abril, asienta que en la averiguación previa SIEDDF/CGI096/2007, iniciada en la Procuraduría General de la República, “se acumulan evidencias que apuntan a la autoría intelectual de Antonio Leaño Álvarez del Castillo, rector vitalicio de la UAG, y a sus hijos Antonio y Gonzalo Leaño Reyes en al menos seis asesinatos”, de acuerdo con el testigo Lorenzo Lira García.
Éste acusó de tortura a un comando integrado, entre otros, por Ramón Velasco Sánchez, José Martín del Campo, Eduardo Miranda Ortega, Refugio Durán Muñoz y los hermanos Eduardo y José Antonio Fernández Salazar, éste último conductor de noticias en Televisa Guadalajara.
En otra información publicada en la misma fecha por Delgado se dice que en el juicio de nulidad matrimonial promovido en la Arquidiócesis de Guadalajara por Mónica Leaño Reyes contra su esposo Eric Coufal Díaz Garza, cónsul honorario de Austria, éste “describe conductas ‘criminales’ de Leaño Álvarez del Castillo y pide que se le excomulgue a él y a todo su clan”.
“Declarado antisemita y admirador confeso de dictadores militares, Antonio Leaño Álvarez del Castillo, ‘rector vitalicio’ de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y jefe máximo de la organización secreta de los Tecos, acusado de cometer delitos de lesa familia, como el secuestro de sus nietos, justo en el 50 aniversario de la UAG, en 1985, otorgó el doctorado honoris causa al dictador paraguayo Alfredo Stroessner, mismo reconocimiento académico que antes había otorgado al tirano nicaragüense Anastasio Somoza. El 11 de septiembre de 1976, con motivo del tercer aniversario del golpe de Estado en Chile, festejó el movimiento de liberación conducido por el ‘Excelentísimo Señor General, don Augusto Pinochet Ugarte’.”
A la edad de 94 años falleció la noche del sábado 3 de julio, Antonio Leaño Álvarez del Castillo, fundador y rector vitalicio de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
En la Basílica de Zapopan, el domingo, ofició la misa de cuerpo presente el cardenal Juan Sandoval Iñiguez ante familiares, funcionarios del gobierno encabezados por Emilio González Márquez y Fernando Guzmán Pérez Peláez, y empresarios como Jorge Vergara. El cardenal Sandoval manifestó sus condolencias personales y de la iglesia católica tapatía, “por tratarse de un cristiano y de un luchador en el campo de la educación”. (¿?)
De acuerdo con información que emite la misma UAG, Leaño Álvarez del Castillo fue determinante en el desarrollo urbano al poniente de la zona metropolitana, alrededor de la Universidad Autónoma, transformando (el boletín no dice nada sobre despojos ejidales) terrenos despoblados en prósperas colonias residenciales. Fuera de la universidad, Leaño Álvarez del Castillo destacó en el desarrollo de la agroindustria en Colima, donde creó proyectos turísticos e inmobiliarios.
Le sobreviven su esposa, la señora Paz Reyes de Leaño, y nueve de sus diez hijos.
Una de dos: o el Cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez:
siempre ha sido un completo y absoluto ignorante de las múltiples barbaridades y tropelías que se cometían (y se siguen cometiendo) a nombre del Gran Capo así como de la existencia de la terrible organización criminal secreta que fundó Antonio Leaño Álvarez del Castillo usurpando sin autorización de la Iglesia Católica y sin el menor remordimiento de su parte el mismo nombre de Jesús para encadenar de por vida con terribles juramentos de lealtad a todos aquellos que caían en sus tenazas de acero, lo cual es malo; o bien el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez siempre ha simpatizado con el antisemitismo fascista del Gran Capo y su forma de pensar basada en una ideología de ultraderecha exacerbada que Jesús y sus apóstoles ciertamente nunca practicaron ni predicaban, lo cual es mil veces peor porque debe poner a pensar a todos los católicos jaliscienses: ¿en manos de quién está realmente la Iglesia Católica de Jalisco?
El que un Cardenal de la Iglesia, Juan Sandoval Iñiguez, haya expresado tantas alabanzas y elogios en la misa de cuerpo presente que se le dió al Gran Capo, resulta aberrante, por decir lo menos, considerando que se trataba del cadáver de un ser inicuo que en vida despotricó ferozmente en contra de la misma Iglesia Católica a partir de la década de los sesenta e hizo lo mejor de su parte para producir un cisma mayúsculo dentro de la misma financiando ampliamente las actividades del grupo abiertamente rebelde Organización Sacerdotal Trento. ¿Por qué no fueron entonces los nazificados antisemitas de la Organización Sacerdotal Trento los que oficiaron esa misa de cuerpo presente? ¿Entonces el difunto podía cambiar de convicciones y preferencias como se cambiaba de camisa? Al abrir las puertas de la Iglesia para brindarle al Gran Capo una misa de cuerpo presente deshaciéndose en alabanzas y elogios ante el cadáver del mismo Zar de la ultraderecha latinoamericana, Juan Sandoval Iñiguez (dejaremos de llamarle Cardenal y lo llamaremos simplemente por su nombre) no sólo le clavó un puñal doloroso en la espalda a los cientos de víctimas que ese ser infame vejó en vida (¿se habrá confesado el Gran Capo ante el mismo Cardenal antes de expirar confesándole tantos crímenes y tanta carnicería de lo cual ciertamente era culpable a fin de obtener el perdón que brinda la Iglesia a quienes sinceramente se arrepienten de sus pecados?), también le clavó un puñal doloroso en la espalda al mismo Papa Juan Pablo II en contra del cual el Gran Capo despotricó rabiosamente y estuvo lanzando miles de pestes y maldiciones de todo tipo por haber sido el primer Papa en la historia contemporánea en haber entrado en son de paz a una sinagoga judía:
y por haber entablado un diálogo de reconciliación entre judíos y cristianos, algo que el rabioso antisemita Antonio Leaño Alvarez del Castillo nunca le “perdonó” al Papa Juan Pablo II.
Juan Pablo II no es el único Papa de la Iglesia Católica en contra del cual el poderoso y miserable Gran Capo estuvo profiriendo todo tipo de epítetos y maldiciones cargados de tanto odio y veneno que ni siquiera Spectator se atreve a reproducirlos aquí prefiriendo aplicar un poco de sana censura. También profirió carretadas de pestes y maldiciones de carretonero en contra del actual Papa Benedicto XVI por haber continuado la labor de acercamiento con los judíos iniciada por Juan Pablo II:
De hecho, el megalómano, contradictorio e incongruente Capo despotricó furiosamente casi echando espuma por la boca emitiendo toda suerte de maldiciones en contra de todos los Papas de la Iglesia Católica a partir de Paulo VI (incluído el mismo Paulo VI, como puede comprobarse con la lectura del libro La Nueva Iglesia Montiniana:
cuya publicación fue financiada en secreto por el Gran Capo), a ninguno de los cuales les “perdonó” jamás el no haberse convertido al Evangelio según Antonio Leaño Álvarez del Castillo basado en la fantasía de “la gran conspiración judía masónica comunista”. ¿Y todavía tuvo así el cinismo de pedirle a sus deudos antes de morir que se le diese una misa de cuerpo presente en la misma Iglesia Católica en contra de cuyas máximas autoridades siempre se proclamó en furiosa rebeldía? ¿Y todavía tuvo así Juan Sandoval Iñiguez la desfachatez de seguirle el juego a los últimos deseos (más bien, caprichos) del Gran Capo ensalzando a tan terrible personalidad en presencia del mismo Jesucristo? En verdad, parece que fueron hechos el uno para el otro, confirmando algo de lo que muchos tapatíos y jaliscienses siempre han acusado a Juan Sandoval Iñiguez.
De haberlo querido, el Sr. Juan Sandoval Iñiguez como príncipe de la Iglesia Católica pudo muy bien haber salvado a muchos jóvenes católicos de ser reclutados en las garras de los Tecos, de haber caído en las garras del miserable Gran Capo, con sólo haber emitido una enérgica condena pública en contra de todas las sociedades secretas de cualquier tipo sobre todo cuando son cohesionadas por la búsqueda del poder político por el mismo poder, y mejor aún, excomulgando a los líderes de las organizaciones criminales clandestinas de ultraderecha que usan la imagen de Jesucristo para arrancar terribles juramentos de lealtad que nunca han sido aprobados por el Vaticano. Después de todo, ya se está excomulgando sin misericordia alguna “en defensa de los inocentes que no se pueden defender” a las jovencitas que se atreven a interrrumpir el embarazo que les produjo el hampón desconocido que las violó. Pero no lo hizo, al menos no mientras el Gran Capo aún vivía. Y no lo ha hecho. ¿Cuál es su pretexto? ¿Que no sabía lo que estaba sucediendo dentro de la Universidad Autónoma de Guadalajara, el mismo pretexto banal usado por todos aquellos para justificar el haberse quedado callados cruzados de brazos sin hacer nada ante el Holocausto que Hitler estaba llevando a cabo en los hornos crematorios? ¡Por favor! Juan Sandoval Iñiguez pudo haber muerto como un verdadero mártir de la Iglesia Católica, digno de ser recordado generosamente y digno de ser elevado a la santidad, de haber hecho lo que era su obligación moral y ética hacer como pastor de la Iglesia. Pero no lo hizo. Su comportamiento público en todo lo que tiene que ver con la organización criminal de corte fascista Los Tecos es precisamente lo que dá pie a las bien fundadas sospechas en las cuales se le señala a Juan Sandoval Iñiguez de ser uno de aquellos ministros de la Iglesia Católica que como el Obispo antisemita inglés Richard Williamson fueron exitosamente nazificados con la propaganda basura publicada y financiada precisamente por tipos ultrafanáticos y amorales como Antonio Leaño Álvarez del Castillo. La estrecha y cercana relación que el Sr. Juan Sandoval Iñiguez mantuvo en vida con el Gran Capo es lo que dá credibilidad a los rumores de que Juan Sandoval Iñiguez es un Teco Honorario de alto rango dentro de los Tecos. (El “Teco Honorario” es cualquier personaje importante en el mundo de la política, en los altos mandos del Ejército Mexicano, en la sociedad intelectual mexicana y en los medios de comunicación al que se le considera miembro distinguido dentro de la organización Tecos sin pedírsele que tome el juramento de lealtad ni que se someta a los largos procesos de fanatización e indoctrinación en los ideales del fascismo ni que atienda los aquelarres secretos en donde se le rinde lealtad y pleitesía al Demonio de Jalisco.) Tal vez ahora a lo más a lo que puede aspirar Juan Sandoval Iñiguez es a ser recordado como un cardenal de ultraderecha en “comunión” con el Gran Capo al que cubrió toda su vida y ensalzó de modo tan generoso en la misa de cuerpo presente que le ofició convenciendo de paso con su actitud a muchos jóvenes de abandonar definitivamente a la Iglesia Católica para pasarse mejor a una iglesia cristiana como la Iglesia Episcopal, la Iglesia Bautista o la Iglesia Pentecostal.
La actitud servil, rastrera y cobarde mostrada por Juan Sandoval Iñiguez ante el pérfido Capo debe ser contrastada con la valerosa actitud mostrada por el entonces Obispo de Cuernavaca Monseñor Sergio Méndez Arceo (el mismo al que el Gran Capo aborrecía y destestaba “por ser un socialista, por ser un izquierdista” y además por estar emparentado con el General Lázaro Cárdenas al cual el Gran Capo también aborrecía y destestaba ) que un viernes a mediados de abril de 1981 hizo lo que nadie de su jerarquía tuvo el acierto de hacer en un México en el que se estaban violando rutinariamente los derechos humanos: excomulgó a los torturadores. Años después, exponiendo su vida en ello, el Obispo Luis Reynoso en la misma diócesis excomulgó a los secuestradores. Lecciones importantes para un México co-gobernado por la dupla PAN-Yunque en donde jamás se ha emitido una sola excomunión en contra de ninguno de los capos del crimen organizado tales como Arturo Beltrán Leyva e Ignacio Coronel Villareal, y ciertamente mucho menos en contra del Gran Capo.
Si hay vida y conciencia después de la muerte, entonces el Gran Capo ya sabe quién o quiénes son Spectator. Y posiblemente su sorpresa será mayúscula, por decir lo menos. Como también ya debe saber la verdad sobre el enorme caudal de información que obra en manos de Spectator acerca de su organización neofascista Tecos, otro motivo de sorpresa para él al grado de dejarlo no sólo sorprendido sino conmocionado. Pero ahora que ya lo sabe, ya no le servirá de nada, porque está en un lugar desde donde ya no puede pasarle la información a los continuadores de su obra insana como tampoco puede ejercer directamente su influencia maléfica.
Murió cargado de odio hacia los judíos. Resulta difícil imaginar cómo pueda aspirar el Gran Capo a ingresar por la puerta grande al Cielo en el que decía creer al mismo tiempo que se fué con tanta cizaña albergada en su corazón. ¿Y cómo pudo aspirar a ingresar al Cielo del Señor Jesús un desgraciado que usurpó el nombre de Cristo para darle un sentido de “religiosidad” a los terribles juramentos de lealtad e impresionantes ceremonias secretas -con todo y antorchas Nazis- con las cuales encadenaba de por vida a su persona a muchos jóvenes tan ingenuos como estúpidos? ¿Como en su sano juicio pudo creer que el mensaje de paz y amor del Señor Jesucristo podía ser compaginado con el mensaje letal de odio y rencor que destilaban sus seguidores? ¿Cómo estando en sus cabales llegó a creer que a cambio de alejar para siempre a muchos jóvenes e inclusive no tan jóvenes del sendero de Jesús podía aspirar a entrar en el mismo reino de Jesús? ¿Cómo puede aspirar a ser recibido en el Cielo del Señor Jesús un extremista furibundo que en vida durante los tiempos del Concilio Vaticano II hizo lo mejor que pudo para tratar de nazificar a la Iglesia de Cristo convirtiendo a sus pastores al fanatismo antisemita Hitleriano que profesaba, su verdadera “religión” en la cual creyó ciegamente hasta el último momento de su muerte pese a estar basada en una enorme pirámide de patrañas y falsedades que ya han sido expuestas plenamente en otros trabajos de Spectator?
La vida del gran tentador (al estilo del mismo Satanás) Antonio Leaño Alvarez del Castillo, o mejor dicho, su doble vida, porque portaba dos antifaces según la ocasión, siempre fue una burda farsa de principio a fin plagada de incongruencias y contradicciones, el ejemplo proverbial de lo que ningún hombre honesto en su sano juicio debe aspirar a ser. Lo peor que pudiera pasarle es ser regresado de nuevo a este planeta, sin memoria alguna de lo sucedido en su vida anterior, para crecer y terminar siendo fanatizado y engullido y utilizado así como él en vida fanatizó, engulló y utilizó a otros en provecho propio. Aunque pensándolo bien, habiendo sido Antonio Leaño Alvarez del Castillo un ferviente admirador de Adolfo Hitler y del Nazismo al igual que su colega Carlos Cuesta Gallardo, lo más apropiado sería que ambos estuviesen compartiendo por el resto de la eternidad el mismo lugar en el que se debe de encontrar el alma de Hitler en estos momentos. Seguramente muchos de los que ofendió y lastimó en vida, la gran mayoría de ellos no-judíos, no-masones, y ni siquiera comunistas, lejos de derramar una lágrima por este ser inicuo van a estar celebrando por varios días su muerte, van a estar brindando por su partida definitiva, van a iluminar sus caras con un dejo de alegría por mucho tiempo al saber que aquél que les hizo tanto daño está convertido ya en un cadáver en proceso de putrefacción que ya no podrá volver a lastimar a nadie más.
Cuando esporádicamente se le hacía con algo de atrevimiento y mucho riesgo al Gran Capo la pregunta candente del por qué se hacían tantas cosas contradictorias a instancias suyas (él mismo antes de morir fue quien autorizó personalmente la celebración del concierto de rock de KISS para ser celebrado el mes de octubre del 2010 en el Estadio 3 de Marzo propiedad de los Tecos pese a que despotricaba rabiosamente en contra de la música de rock y pese a que dos de los integrantes de KISS son judíos, algo que siempre supo) dándole la espalda a todo aquello por lo cual supuestamente estaban “luchando”, respondía con parquedad: “hay que hacer a veces lo que más conviene para nuestra causa, hay ocasiones en las que es necesario perder la batalla para poder ganar la guerra”. Y lo que mas convenía para “la causa”, naturalmente, era hacer al Gran Capo mucho más rico de lo que ya era. Porque a fin de cuentas, por mucho que lo quieran negar en sus mentes cerradas y calcificadas los Tecos que genuinamente se consideran como verdaderos Tecos incondicionalmente leales a “la causa” (lo cual debe entenderse como una lealtad incondicional al Gran Capo), el verdadero y más importante propósito de la ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara siempre fué el hacer a los Leaño y a los Alvarez del Castillo cada vez más inmensamente ricos y poderosos, permitiéndoles codearse con lo más acaudalado y más refinado de la alta sociedad jalisciense, y ayudándole a superar de paso al Gran Capo un severo trauma psicológico de su juventud que le dejó un terrible complejo de inferioridad que sólo podía superar -al igual que su admirado y apreciadísimo Adolfo Hitler- con un más terrible complejo de superioridad pisoteando a todos los demás como hormigas sin consecuencia alguna. De eso se trataba todo, a fin de cuentas. Nada de “morir por la Patria”, nada de exponer el pellejo dando la cara tomando plena responsabilidad por los actos cometidos, nada de permanecer “por siempre fiel” a los principios básicos de la doctrina estrambótica de la extrema derecha, nada de eso. Poder, gloria y dinero. De eso se trató todo a fin de cuentas desde un principio. Al Gran Capo jamás le preocupó en lo más mínimo la advertencia del Señor Jesús de que le es más fácil a un camello pasar por el ojal de una aguja que a un rico entrar en el reino de los cielos, pasándose olímpicamente tal amonestación del Señor Jesús por el arco del triunfo continuando afanosamente con la acumulación desmedida de sus riquezas materiales que en verdad siempre fueron su único y verdadero dios. Si realmente hubiese sido un verdadero cristiano, ni siquiera habría fundado a la organización criminal secreta Tecos y antes bien habría aborrecido y combatido con denuedo algo así al lado de Spectator.
Al igual que el despiadado dictador ultraderechista alemán al que tanto admiraba, al igual que los Nazis a los que tanto admiraba, el Gran Capo fue en su intimidad un ser ruin y malvado, perverso en grado extremo, un hombre maquiavélico brutal y despiadado que victimizó a muchos que nunca le habían hecho mal alguno en su vida, que disfrazaba su crueldad bajo la máscara de un catolicismo fervoroso más falso que un billete de cuatro dólares, al igual que como lo hacía el perverso y degenerado pedófilo Marcial Maciel fundador de la orden Los Legionarios de Cristo. Posiblemente algunas de sus víctimas lo habrán perdonado. Muchas otras tal vez no. Se fue al otro plano con sus manos empapadas con la sangre de sus víctimas, a ninguna de las cuales les pidió jamás perdón y mucho menos le ofreció compensación de ninguna especie. No dejó un solo centavo en su testamento para la reparación de daños a sus numerosas víctimas. Murió, eso sí, rodeado de lujos obtenidos anti cristianamente a costa de explotar la credulidad y el fanatismo de otros. Vivió en el engaño y murió en el engaño promoviendo el engaño porque él mismo de su libre y propia voluntad quiso vivir y morir en el engaño promoviendo el engaño, ese fraude mitológico de la extrema derecha conocido como “la gran conspiración judía masónica comunista”, una dizque conspiración que no sólo le permitió convertirse en multimillonario amasando una fortuna material extraordinaria para compensar su pobreza espiritual, sino que gracias a dicho fraude pudo lograr lo que de otra manera no habría podido haber logrado. Si le pidió al Diablo enormes fortunas y riquezas a costa de lo que fuese, eso fue precisamente lo que obtuvo; aunque no se llevó nada consigo en su partida de este mundo. Su especialidad era destruír vidas, destruír juventudes, destruír carreras, promoviendo el odio visceral. Y los sucesores de su siniestro imperio no son mejores que él; ellos se encargarán de continuar con su legado, y no nos estamos refiriendo a la cosa educativa, a la cosa universitaria, nos estamos refiriendo a lo que él prohijó como malvada semilla sembrada en el suelo fértil de la ignorancia y el fanatismo. Su vida, al igual que la de sus amanuenses como Salvador Borrego al cual tampoco le queda ya mucho tiempo de vida, sólo sirvió para dejar las cosas mil veces peor de como ya estaban. Posiblemente hoy, ya demasiado tarde, en donde quiera que se encuentre, toma conciencia de lo que realmente dejó a su paso por este mundo.
Murió rodeado de todo el comfort y tranquilidades que pueden dar los enormes caudales de dinero que acumuló en vida. Expiró en la cama de su propio Hospital Leaño dándose a sí mismo en sus últimos momentos la paz y tranquilidad que él mismo le negó a todos aquellos a los cuales les envió sus matones con órdenes de hacer el “trabajito” que el Gran Capo por su enorme cobardía era incapaz de hacer por sí mismo con sus propias manos. Para todas las porquerías que se cometieron en su nombre en la más completa impunidad haciendo ostentación de fuerza bruta, tenía a sus órdenes a sus igualmente miserables fuerzas de choque, tan amorales y moralmente corruptas como su máximo líder, tan amorales y moralmente corruptas como las hordas de criminales vestidos en uniforme negro que sólo servían incondicionalmente al Führer de Alemania con el cual el Gran Capo siempre tuvo muchas cosas en común.
Mas tardó en expirar el Gran Capo que en serle puesta y develada una estatua suya en el corazón de su imperio para que así se le pudiera rendir pleitesía y culto a la personalidad como el que el dictador Stalin se dió a sí mismo en vida y que tan ferozmente le criticó el incongruente Capo que se ganó a pulso día tras día su bien merecida fama como un hombre soberbio, insolente, arbitrario, prepotente y autoritario que se deleitaba sádicamente en humillar de mil maneras no sólo a todos aquellos a los que consideraba sus “enemigos” que tenía fichados en sus listas negras (que eran muchos) sino incluso a quienes le rodeaban en su entorno.
Entre las cosas que Antonio Leaño Alvarez del Castillo hubiera querido obtener en vida pero que la vida nunca le concedió estaba el triunfo militar de Adolfo Hitler. Si Hitler hubiera ganado la guerra, si Hitler se hubiera apoderado del planeta, el Gran Capo sin lugar a dudas habría ocupado en México una posición privilegiada dentro del “Nuevo Orden”, y seguramente habría sido Presidente vitalicio de México y tal vez hasta de Centro y Sud América emulando al dictador fascista español Francisco Franco. Después de todo, tenía ya los contactos de alto nivel que había logrado con el régimen Nazi gracias al viaje efectuado por “el güero” Carlos Cuesta Gallardo que actuó como una especie de “embajador plenipotenciario” del México semi-clandestino fascista ante los Nazis brindándoles todo su apoyo desde México y para lo que quisieran hacer en México y con México. Quedan pocas dudas de que los Nazis de alto rango que entablaron diálogos directos con Carlos Cuesta Gallardo guardaban en mente grandes planes a futuro para su incondicional aliado en el continente americano, la Universidad Autónoma de Guadalajara, lista para actuar como plataforma de operaciones para poner a la disposición de los Nazis alemanes la vasta red de espionaje e infiltración que ya se estaba tendiendo desde Guadalajara sobre todo México. Y el despiadado Gran Capo no habría tenido ningún remordimiento en llevar a cabo la instalación de hornos crematorios en México para la puesta en marcha de un Holocausto al estilo alemán para matar a todos los judíos sin importar edad ni sexo, así como para matar a todos los masones e izquierdistas que tuvieran la mala suerte de caer en sus manos. De ese tamaño era su calaña. Pero la derrota de Hitler pulverizó estas fantasías ambicionadas por el megalómano Antonio Leaño Alvarez del Castillo, una derrota por la cual el Gran Capo pegó un prolongado aullido doloroso que se ha de haber escuchado hasta los mismos infiernos, una derrota que para el Gran Capo además de haber sido una “Derrota Mundial” (título que le dió su amanuense fascista Salvador Borrego Escalante a su principal libro que todavía hoy sirve como doctrinario para lavarle los cerebros a los nuevos inducidos a la causa de la extrema derecha) terminó siendo el fin de sus exacerbados sueños de gloria personal, y a partir de entonces emprendió su propio proyecto para lograr mediante la infiltración y la traición a través de las sociedades secretas prohijadas por él lo que ya no pudo lograr a causa de la derrota de Hitler. La intención de tomar el poder absoluto en México siempre la tuvo, y las ganas nunca le faltaron, y mucho de lo que hoy vemos es lo que el Gran Capo contribuyó a crear de mil maneras para darle de un modo u otro ese poder, así fuese mediante el establecimiento en México de un gobierno paralelo secreto controlado férreamente por el mismo Antonio Leaño Alvarez del Castillo, ya que si no podía hacerlo abiertamente, ¿por que no hacerlo entonces de manera clandestina a través de sus peleles y “tontos útiles”, los cuales nunca le faltaron?
En las honras fúnebres del Gran Capo estuvo presente en persona nadie menos que el Gobernador del ultraderechizado Estado de Jalisco, Emilio González Márquez, llorando “en privado” a moco tendido el festinable deceso de su “mentor” ideológico que pese a tanto llanto no deja de ser una de las más inmundas ratas de México por la que no valía la pena derramar una sola lágrima, ni siquiera de cocodrilo, al cual a fin de cuentas el Gobernador de Jalisco le debe el haberse apoderado de la Gubernatura de en el 2006 gracias al enorme financiamiento que muchos tapatíos dan por hecho que recibió de él para su campaña y a la deleznable guerra sucia mediática que le diseñaron los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara para llegar al poder en una virtual elección de Estado en donde los Tecos manipularon todo de principio a fin avasallando con campañas negras plagadas de calumnias y difamaciones al candidato priista Arturo Zamora. ¿Y cómo no habría de llorar Etilio González Márquez (casi tan etílico como su compinche Felipe Calderón Hinojosa) la muerte de su “maestro” que lo dejó en la orfandad ideológica si a él le debía todo lo que es (para desgracia del pueblo de Jalisco), además de que con el muy bienvenido deceso del Gran Capo quedó en el aire el proyecto inconcluso que ya se antoja imposible de lograr hoy de proyectar a González Márquez para la Presidencia de la República? A continuación tenemos una fotografía del Gobernador Etilio (sobrio, naturalmente, porque la ocasión lo ameritaba) montando “guardia de honor” al cadáver del Gran Capo, flanqueado por Antonio Leaño Reyes quien se ha convertido así en el sucesor y continuador de la “magna obra” de su nefasto papá:
La siguiente fotografía es una fotografía de Antonio Leaño Reyes, el nuevo y recién estrenado “gurú” de la extrema derecha mexicana por derechos de herencia encargado de darle continuidad al Imperio Secreto forjado por su padre en la clandestinidad así como a la gran conjura nacional urdida para el establecimiento de un gobierno paralelo secreto al servicio de los Zares de la ultraderecha que residen en Jalisco en una de las colonias más exclusivas de México:
No debe quedar duda alguna de que el hijo Antonio Leaño Reyes es un redomado antisemita fascista tan cruel y desalmado como su padre porque así fue educado, así lo crió Antonio Leaño Alvarez del Castillo, a su imagen y semejanza, pero a diferencia del que se fué éste cuenta con la juventud necesaria para tratar de poder consumar en vida los proyectos megalómanos de dominio nacional que no pudo ver realizados en vida su ambicioso cuan desquiciado progenitor. Fue preparado y entrenado personalmente por su propio padre para ordenar e inclusive supervisar los mismos interrogatorios crueles y despiadados con los cuales el Gran Capo esperaba obtener por la buena o por la mala de sus “invitados” información importante que creía que pudieran poseer, fue preparado y entrenado personalmente por su propio padre para ordenar las mismas ejecuciones a sangre fría sin mostrar jamás remordimiento alguno por teñirse las manos con la sangre y el dolor de otros. Medio siglo atrás, con su mentalidad actual, este individuo sería capaz de mandar a mil, cien mil, un millón o diez millones de judíos a los hornos crematorios, sin pesarle en lo absoluto sobre su conciencia, porque esta clase de gente lo primero que pierde es su conciencia al perder sus valores cristianos (si es que alguna vez los tuvieron). En la siguiente fotografía tenemos a ambos junto con la mujer que ha recibido en varios círculos intelectuales el mote descriptivo de la matrona de la ultraderecha de Jalisco y por extensión algunos la identifican también como la matrona de la despiadada ultraderecha de México, ya que hablar de la ultraderecha de México es hablar en realidad de la ultraderecha de Jalisco:
Tal vez el lector quiera hacer aquí una pausa ampliando la foto para estudiar por breves momentos el rostro endurecido del Gran Capo. Esta es una fotografía extraordinaria porque lo muestra a través de su rostro endurecido tal y como él era por dentro. No se trata de ningún fotomontaje. Es él, se trata del mismo que destruyó tantas vidas. Observando más de cerca la fotografía, se puede constatar la presencia en la nariz del Gran Capo del respirador que necesitaba para mantenerle oxigenado el cerebro, aunque a fin de cuentas esa oxigenación no le sirvió de nada en sus endurecidas neuronas cerebrales. En sus últimos tiempos, castigado por la vida y muy posiblemente por una autoridad superior, este hombre estaba ya convertido en una piltrafa anclada a una silla de ruedas:
Desde sus inicios, Spectator ha estado denunciando sin descanso el hecho terrible que muchos mexicanos aún ignoran de que detrás del ascenso de Felipe Calderón a la silla presidencial recurriendo a campañas negras y guerras sucias mediáticas en alianza con los poderes fácticos que están co-gobernando a México siempre estuvieron involucrados los conspiradores de alto nivel que desde la ciudad de Guadalajara a través de sus contactos han estado extendiendo los alcances de los tentáculos del pulpo de la ultraderecha de Jalisco hasta la cima del poder político en México. Uno de tales contactos directos es nadie menos que la colaboradora más cercana del Presidente Felipe Calderón y aspirante a ocupar la silla presidencial, Josefina Vázquez Mota, la mujer más peligrosa de México, de la cual ya ha escrito algo Spectator con anterioridad, la cual recibió directamente de manos de sus aliados y cómplices ultraderechistas en Guadalajara una presea que los Tecos rara vez otorgan a quien no está involucrado de alguna manera con ellos en sus planes para el establecimiento de un gobierno paralelo secreto en México. El homenaje que los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara le rindieron a su mejor aliada en Los Pinos está documentado en la siguiente nota:
El homenaje público que le hicieron en la sede principal de la organización terrorista de extrema derecha Tecos a la que es considerada por una cantidad creciente de observadores y analistas como una mujer extraordinariamente ambiciosa dispuesta a todo con tal de acceder a la misma cúspide del poder demuestra sin la menor duda posible los fuertes nexos que existen entre el Presidente de México y la ultraderecha de México a través de ella. Ella es el contacto. Ella siempre ha sido el contacto y fué el contacto principal para que en el 2006 los poderes fácticos aliados con la ultraderecha de México pudieran dar el golpe para arrebatarle a Andrés Manuel López Obrador la Presidencia de México para entregárselo a uno que les pudiera servir de pelele mientras la instalación del gobierno paralelo secreto que ambicionan continúa en marcha. De hecho, ella es hoy la pieza más importante en el tablero de ajedrez de los Tecos para ser elevada a la Presidencia de México, lo cual en caso de ocurrir consolidaría todo aquello por lo cual la extrema derecha de México ha estado trabajando febrilmente por varias décadas. Si las cosas están muy malas hoy en México, pueden ponerse mil veces peor si esta mujer asciende a la Presidencia de México; al lado de ella en su toma de posesión aparecerían en la foto los mismos que los que le dieron un premio en reconocimiento a “sus indiscutibles aportes”.
Los sueños megalómanos del Gran Capo de extender el terrible alcance de su poderío por todo México, poniendo a todos los mexicanos directa o indirectamente bajo su control y actuando siempre tras las cortinas de su cobarde secrecía como una especie de Führer mexicano, quedaron inconclusos, al menos para él. Quiso el destino que nunca pudiese acumular en sus manos tal poder. Pero sus descendientes quedan en su lugar, sobre todo Antonio Leaño Reyes, y algunos de ellos parecen estar tan locos de poder como su enfermo progenitor. Y esto es a lo que más hay que temer. La terrible organización Tecos sigue allí, funcionando en la clandestinidad entre el estudiantado, y cohesionando a los graduados que han pasado todas las “pruebas” de lealtad a que han sido sujetos para contar con ellos para la propagación del “mensaje”. Antonio Leaño Reyes quisiera ser Presidente de México, realizando algo con lo que siempre soñó pero que nunca pudo realizar en vida su megalómano padre, pero ya no podrá serlo -al menos dentro de una democracia- porque sus antecedentes y los mecanismos internos de la organización criminal secreta que ahora dirige así como la ideología con la cual recluta tarugos convirtiéndolo todo ello en un ser al que hay que temer más que respetar están expuestos ya a la luz del mundo entero privándole definitivamente de cualquier aspiración presidencial que pudiera haber concebido; inclusive la misma gubernatura de Jalisco se antoja muy difícil si no imposible de que pueda estar al alcance de su mano algún día. Lo más a lo que puede aspirar es a lo mismo con lo que se tuvo que conformar su padre: a tratar de mover los hilos detrás del telón, maquinando miles de cosas a espaldas del pueblo de México y acumulando un poder oculto, para lo cual la organización criminal fascista que heredó de su padre le resulta indispensable.
Entre Tecos te veas
Agencia APRO
Revista PROCESO
15 de julio del 2007
“La democracia en México no sería igual sin Ocho Columnas: Vázquez Mota”. Así cabeceó ese diario su nota de primera plana del domingo 24 de junio, luego de que la secretaria de Educación Pública federal recibió el reconocimiento “Ocho Columnas de Oro” que anualmente otorga la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). El mérito: “sus indiscutibles aportes”, en el área de la educación, “para el bienestar del país”. (¿?)
La UAG es la casa de estudios que en distintas épocas premió con el doctorado honoris causa a dictadores como el nicaragüense Anastasio Somoza, al militar golpista Alfredo Stroessner, de Paraguay, y al presidente peruano Alberto Fujimori, quien actualmente se encuentra bajo arresto en Chile y enfrenta un juicio en su país por actos de corrupción.
En el discurso que pronunció en la cena de gala posterior a la ceremonia de premiación, celebrada el sábado 23 en uno de los auditorios de la UAG --sede de la organización ultraderechista Tecos--, Vázquez Mota aseguró que esa universidad y Ocho Columnas “siempre han respondido al llamado por la libertad, por México”. (¿?)
La funcionaria, una de las colaboradoras más cercanas al presidente Felipe Calderón, se fue de largo: Sostuvo que la casa de estudios, "en sus más de 70 años de vida y Ocho Columnas en los casi 30, han enaltecido las libertades de expresión, de cátedra, de emprender y de pensamiento". En realidad el periódico cumplió 29 años.
El gusto por “Juan” Sabines
Los elogios de Vázquez Mota contrastan con la mínima penetración e influencia de ese diario en la opinión pública jalisciense y en la nacional: “Sin el diario Ocho Columnas, la historia de la democracia no sería igual en México. Este diario es un baluarte de la libertad, y en todos los países donde la libertad se ha terminado, el primer atentado siempre es contra la libertad de expresión". Y remató: “Cuando se atenta con la libertad de expresión, el resto de las libertades terminan muriendo también”.
En la nota del propio periódico --una entrevista a la funcionaria firmada por Laura Gutiérrez--, se informa que “la secretaria de Educación anunció que está a punto de regresar al sistema educativo mexicano el libro de civismo, lo que fue del agrado de la selecta concurrencia, que le brindó una larga ovación”.
“¿Cuáles son sus autores preferidos?”, le pregunta Gutiérrez a Vázquez Mota. La secretaria de Educación Pública responde: “Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Juan (sic) Sabines”.
En el mismo acto, al que asistió el gobernador panista Emilio González Márquez, fue galardonado también el secretario de Turismo federal, Rodolfo Elizondo, junto con otros “mexicanos de excepción”: La actriz Salma Hayek --cuyo reconocimiento fue recibido por Sami Hayek, su padre--; el director de cine Guillermo del Toro --su hermana Susana recibió el diploma en su nombre-- y el embajador Carlos Eugenio García de Alba.
También fueron objeto del reconocimiento el publicista Pedro Romero de Terreros; el arquitecto Carlos Santoscoy; el doctor Pedro Mirassou; la clavadista Jashia Luna Alfaro; el pintor y escultor Alejandro Colunga; los empresarios María Guadalupe Ramírez Fruchier y Luis Véjar Cortés; José Antonio Fernández, conductor local de noticias de Televisa, egresado de la UAG y expresidente de la Federación de Estudiantes de Jalisco (FEJ), y Miguel Ángel Aguayo López, rector de la Universidad de Colima.
En ese estado los Leaño poseen grandes propiedades de terrenos y también desarrollos turísticos, como Isla Navidad, que se disputan Jalisco y la vecina entidad (la UAG se ha manifestado claramente a favor de Colima).
En el acto de premiación, el director de Ocho Columnas, Gonzalo Leaño, quien estuvo acompañado por su “querido hermano, licenciado Antonio Leaño Reyes” --rector de la UAG que, como el diario, es propiedad del padre de ambos, Antonio Leaño Alvarez del Castillo--, lamentó que los medios, en su afán de competir, “se dediquen a magnificar acontecimientos y hechos de violencia que verdaderamente crispan los nervios y que nos han hecho perder la capacidad de asombro (...) Pero no vemos los hechos y los actos de hombres y mujeres como ustedes, que calladamente trabajan y laboran para el enaltecimiento de nuestra patria”.
Gonzalo Leaño destacó que desde hace más de 65 años la UAG ha puesto el ejemplo al formar “generaciones de profesionistas comprometidos con México (...), comprometidos con la patria y, por qué no decirlo, comprometidos también con Dios Nuestro Creador, al cual nos debemos todos y al cual, al final, tendremos que dar, a nuestra muerte, cuenta de nuestros actos y de nuestras vidas, y será Él quien nos juzgará”.
Pugnas históricas
Nacida de una escisión en la Universidad de Guadalajara (UdeG) en 1935, luego de que ésta se pronunciara por una educación de izquierda y a favor de la educación popular, la UAG originalmente se llamó Universidad Autónoma de Occidente y hace dos años celebró sus 70 años de vida con proclamas contra el socialismo.
Hasta entonces se mantuvo como presidente y rector Antonio Leaño Álvarez del Castillo, quien ya casi a los 90 años de edad dejó el cargo a su hijo Antonio. Aquel es hermano de Angel, uno de los que la casa de estudios considera como fundador, al lado de Carlos Cuesta Gallardo, José Luis Ruvalcaba Atilano y Fernando Banda. También participaron desde los primeros años de esta universidad privada el cofundador del PAN Efraín González Luna y algunos jesuitas que creyeron que habría “libertad de cátedra” pero que pronto abandonaron la universidad al sentirse engañados.
En 1957 el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) fue creado por estos escindidos, que fueron objeto de presiones, a veces violentas, por parte de los Tecos, quienes llegaron a asaltar las instalaciones de ese centro de estudios sin que las autoridades intervinieran para evitarlo ni para castigarlos.
En la enciclopedia histórica Jalisco desde la Revolución, el sacerdote J. Jesús Martínez Aguirre refiere que a finales de 1944 algunos exalumnos y fundadores de la UAG “empezaron a formar grupos secretos, unidos por un juramento que hacen en ceremonias ocultas ante un crucifijo. Quedaron definitivamente organizados por Carlos Cuesta Gallardo cuando éste volvió de un viaje a Alemania y España, donde estudió organizaciones nazis y falangistas”.
La UAG creció y se fortaleció con la ayuda de varias fundaciones estadunidenses, entre ellas la Ford y la Jenkins. Además obtuvo fuertes aportaciones de banqueros, como Manuel Espinosa Yglesias y el propio Antonio Ortiz Mena desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Al paso de los años se constituyó en todo un imperio y ya con esa fuerza adquirió o se apropió de grandes extensiones de terrenos ejidales (Proceso Jalisco 4, 16 y 17).
El homenaje público que le hicieron en la sede principal de la organización terrorista de extrema derecha Tecos a la que es considerada por una cantidad creciente de observadores y analistas como una mujer extraordinariamente ambiciosa dispuesta a todo con tal de acceder a la misma cúspide del poder demuestra sin la menor duda posible los fuertes nexos que existen entre el Presidente de México y la ultraderecha de México a través de ella. Ella es el contacto. Ella siempre ha sido el contacto y fué el contacto principal para que en el 2006 los poderes fácticos aliados con la ultraderecha de México pudieran dar el golpe para arrebatarle a Andrés Manuel López Obrador la Presidencia de México para entregárselo a uno que les pudiera servir de pelele mientras la instalación del gobierno paralelo secreto que ambicionan continúa en marcha. De hecho, ella es hoy la pieza más importante en el tablero de ajedrez de los Tecos para ser elevada a la Presidencia de México, lo cual en caso de ocurrir consolidaría todo aquello por lo cual la extrema derecha de México ha estado trabajando febrilmente por varias décadas. Si las cosas están muy malas hoy en México, pueden ponerse mil veces peor si esta mujer asciende a la Presidencia de México; al lado de ella en su toma de posesión aparecerían en la foto los mismos que los que le dieron un premio en reconocimiento a “sus indiscutibles aportes”.
Los sueños megalómanos del Gran Capo de extender el terrible alcance de su poderío por todo México, poniendo a todos los mexicanos directa o indirectamente bajo su control y actuando siempre tras las cortinas de su cobarde secrecía como una especie de Führer mexicano, quedaron inconclusos, al menos para él. Quiso el destino que nunca pudiese acumular en sus manos tal poder. Pero sus descendientes quedan en su lugar, sobre todo Antonio Leaño Reyes, y algunos de ellos parecen estar tan locos de poder como su enfermo progenitor. Y esto es a lo que más hay que temer. La terrible organización Tecos sigue allí, funcionando en la clandestinidad entre el estudiantado, y cohesionando a los graduados que han pasado todas las “pruebas” de lealtad a que han sido sujetos para contar con ellos para la propagación del “mensaje”. Antonio Leaño Reyes quisiera ser Presidente de México, realizando algo con lo que siempre soñó pero que nunca pudo realizar en vida su megalómano padre, pero ya no podrá serlo -al menos dentro de una democracia- porque sus antecedentes y los mecanismos internos de la organización criminal secreta que ahora dirige así como la ideología con la cual recluta tarugos convirtiéndolo todo ello en un ser al que hay que temer más que respetar están expuestos ya a la luz del mundo entero privándole definitivamente de cualquier aspiración presidencial que pudiera haber concebido; inclusive la misma gubernatura de Jalisco se antoja muy difícil si no imposible de que pueda estar al alcance de su mano algún día. Lo más a lo que puede aspirar es a lo mismo con lo que se tuvo que conformar su padre: a tratar de mover los hilos detrás del telón, maquinando miles de cosas a espaldas del pueblo de México y acumulando un poder oculto, para lo cual la organización criminal fascista que heredó de su padre le resulta indispensable.
¡Sólo falta ahora que las legiones de fanatizados seguidores que seguirán trabajando en el proyecto del Gran Capo le inventen “en su honor” al repugnante fascista Antonio Leaño Alvarez del Castillo una historia fantasiosa -tan fantasiosa como la propaganda chatarra de corte neo-Nazi con la que inundó al país entero- con la cual pretendan elevarlo inmerecidamente a la calidad de mártir, arguyendo que el Gran Capo murió “como héroe y como mártir” víctima de un complot en su contra “urdido por judíos ladinos y astutos” o como víctima de una bien orquestada conspiración “fraguada desde las logias masónicas”! Lo cual sería una aberración en grande porque si algo fue este sujeto despreciable toda su vida es el haber sido UN COBARDE, desde el momento preciso en el que junto con Carlos Cuesta Gallardo fundó la terrible sociedad secreta que debía actuar en la más absoluta clandestinidad sin dar la cara POR MERA COBARDIA. Aunque traten de glorificarlo como héroe y elevarlo a la categoría de mártir, la verdad es que si las cosas se hubiesen puesto demasiado “calientes” para él en México no habría vacilado un solo momento en huír del país dejando abandonados al garete a todos sus alucinados seguidores que en mal momento llegaron a creer ciegamente en él. Tenía preparados sus “planes de escape” para una eventualidad fuera de su control, como la posibilidad de que México pudiese haber terminado con un régimen de corte comunista como el de Cuba, porque bajo un régimen así lo primero que se hubiera hecho sería llevar a cabo la clausura definitiva de la Universidad Autónoma de Guadalajara con la confiscación estatal de todas sus propiedades seguido por una investigación y enjuiciamiento de todos los Tecos que hayan sido culpables de crímenes en contra de otros mexicanos. Antonio Leaño Alvarez del Castillo no habría tenido el menor remordimiento en enviar a todos los militantes de sus tropas de choque y a todos sus alucinados seguidores a luchar hasta la muerte para impedir tal cosa, pero él mismo nunca estuvo dispuesto a derramar una sola gota de sangre -ni siquiera una lágrima- para quedarse al frente de aquellos a los cuales no habría vacilado un solo momento en enviar a una muerte segura. Así era él, así fue siempre, y no se le puede recordar de ninguna otra manera. Ciertamente, sus numerosas víctimas que aún sobreviven lo recordarán así maldiciendo su nombre una y otra vez sin cansarse de ello.
Ahora que lo que muchos jaliscienses consideran como la rata más inmunda y más gorda del Estado de Jalisco se ha ido para siempre, ¿pueden esperar los estudiantes de la Universidad Autónoma de Guadalajara que no han sido inducidos dentro de la sociedad de ultraderecha Tecos un trato más humano, más digno, más justo, pueden esperar -como los clientes que son que pagan el costo de colegiaturas elevadas- que las delaciones y el espionaje de tiempo completo que se llevan a cabo en contra de ellos lleguen a su fin, pueden esperar que ahora sí la Universidad Autónoma de Guadalajara se convierta en un centro de libre expresión como lo son la Universidad Nacional Autónoma de México o el Instituto Politécnico Nacional? ¿Pueden esperar los tapatíos ahora sí que la sociedad secreta Tecos sea disuelta y desbandada para siempre y que nunca más vuelva a meter sus manos ocultas no sólo en la política del Estado de Jalisco sino inclusive en la política de todo México en donde sus egresados y cómplices han hecho tanto daño?
¡Ja!
Si alguien en su ingenuidad todavía cree que algo va a cambiar con la muerte circunstancial del Gran Capo, siga soñando, porque no va a cambiar absolutamente nada. Todo seguirá igual que antes, el reclutamiento y la fanatización en las negras artes de la ultraderecha dentro de los confines cerrados y ocultos de los Tecos va a seguir como siempre, el espionaje y la delación así como la expulsión injustificada de estudiantes de la UAG por cuestiones babosas continuarán iguales que si el Gran Capo estuviera presente allí en el campus de la UAG con su “gran ojo” vigilándolo todo. Él mismo se encargó de esto, él mismo se encargó de que cuando llegase el momento de su inevitable partida todo siguiese exactamente igual que antes. Podrán tal vez, aprovechando su deceso, “maquillar” un poco la situación para dar a creer que por haberse ido de este planeta la rata mayor todo va a mejorar notablemente para bien. Pero en realidad todo va a seguir igual. El mismo Antonio Leaño Alvarez del Castillo escogió cuidadosamente a todos los principales en la estructura de su organización secreta aptos para tomar los mandos de la organización y continuar con su terrible misión en ausencia del fundador. Y la conspiración nacional urdida desde el seno de la Universidad Autónoma de Guadalajara para prohijar la fundación de más sociedades secretas de ultraderecha con la finalidad eventual de consolidar un gobierno paralelo secreto en México de corte ultraderechista, eso continuará, que no quepa la menor duda de ello. Es algo similar a lo que ocurrió en la charlatana y estafadora Iglesia de Cienciología cuando murió (o lo “murieron” los que hoy ocupan su lugar) el “santón” fundador LaFayette Ronald Hubbard que construyó toda la mitología colosal y fraudulenta en la cual se basa ese fraude descomunal del cual ya habló Spectator en un trabajo anterior. De nada sirvió la muerte del corrupto santón de la Cienciología que giraba en torno suyo y la cual dependía del culto a su personalidad para precipitar el fin y la desbandada de la Cienciología con la clausura de sus “templos” ante la ausencia del gran y único líder yéndose cada quien para su casa buscando otro substituto “espiritual”. La Iglesia de Cienciología sigue siendo hoy un boyante negocio y se sigue estafando a miles de incrédulos que se van sumando día tras día a ese culto bizarro pese a que el líder -que presumía ser un ser espiritual tan “superior” que no necesitaba ya de su cuerpo físico para poder funcionar en este Universo que rebautizó como MEST- no es ya ni siquiera un cadáver porque su cuerpo fue cremado de inmediato por aquellos a quienes dejó a cargo de su “Iglesia”. Los actuales encargados de su secta son como los tentáculos de un pulpo que tienen vida propia aún cuando el animal ha sido descabezado. Estas cosas, una vez creadas, tienen la curiosa capacidad de poder seguir funcionando en ausencia del fundador pese a la pérdida de su liderazgo. Al igual que los estudios de Walt Disney (sin intención alguna aquí de ofender al genial caricaturista y empresario que tanta alegría y felicidad trajo a este mundo y al cual Spectator admira) que hoy continúan funcionando igual que si Walt Disney viviera hoy en día, al igual que la empresa General Electric fundada por Thomas Alba Edison que sigue en pie mucho tiempo después de la muerte de su fundador, y al igual que la empresa de pollos fritos Kentucky Fried Chicken cuyas franquicias se siguen extendiendo por todo el mundo pese a que el “Coronel Sanders” que la fundó tiene décadas de haberse ido, la terrible sociedad ultrasecreta fanática Tecos forjada en la clandestinidad y criminalidad por Antonio Leaño Alvarez del Castillo y Carlos Cuesta Gallardo va a continuar funcionando con la misma brutalidad y locura como si sus fundadores estuvieran allí presentes vigilando todos y cada uno de los movimientos y acciones de sus sucesores. Esto significa, lamentablemente, que la conspiración nacional que echaron a andar desde la ciudad de Guadalajara seguirá en pie, y de hecho sólo el cierre y la clausura definitiva de la principal plataforma de operaciones de ellos, la UAG, podría acabar de tajo con la amenaza que esta institución funesta representa para todo el continente americano.
El feliz deceso del Gran Capo no cambia en nada la dura y pesada labor que se tiene que llevar a cabo para desenredar la maraña que este ser intrigante tejió en vida afectando partes importanes de la vida nacional. El mal que hizo ya está hecho, e inclusive él mismo si hubiese tenido un arrepentimiento sincero (que habría tenido que empezar por confesarlo todo sin presión alguna sobre su persona, algo que nunca hizo y que ya no puede hacer desde donde está) habría sido incapaz de detener la avalancha que desató. Levantó a un monstruo Frankenstein de la plancha en la que estaba, y ese monstruo se ha salido fuera de control y está caminando libremente por doquier, y es un monstruo más horrible y espantoso de lo que muchos mexicanos pudieran imaginar.
El abyecto y despreciable Gran Capo se fue de este mundo sin arrepentimiento alguno y sin pagar las que debía. Su juicio ha quedado ya en otras manos capaces de poder juzgarlo mejor. Pero la cizaña que sembró y sigue allí continúa creciendo. Y es por esto por lo que Spectator no puede dejar de documentar y exponer ante el mundo entero el veneno destilado por la raza de víboras que continúan con la herencia maldita que dejó éste hombre. Es lo menos que le debemos a los millones de víctimas que otro tan loco como el Gran Capo dejó en su paso por este mundo medio siglo antes de la partida definitiva del Gran Capo. Es por ellos y por los que pueden terminar en nuevos hornos crematorios igual que como los que terminaron cayendo hace más de medio siglo víctimas de la maldad y el fanatismo por quienes todos estamos obligados hoy a continuar laborando para impedir que se vuelva a repetir tan gran maldad sobre la faz de la Tierra. Porque el Mal nunca descansa, y el Gran Capo fue la prueba viviente de ello. Spectator continuará con su pesada labor como si el Gran Capo no hubiera muerto, como si estuviéramos viviendo todos en el año 1928. Porque por no haberse hecho en el año 1928 lo que debería de haberse hecho, millones de seres humanos inocentes terminaron pagando las consecuencias.
¡Arrivederci, Antonio Leaño Alvarez del Castillo! Recibe saludos de Spectator en dondequiera que te encuentres. Y aunque Spectator no te puede enviar el tradicional “descansa en paz” simple y sencillamente porque no lo mereces, puedes tener la plena seguridad de que no serás olvidado. Spectator y todos los que están combatiendo a brazo partido tu funesto y anticristiano legado se encargarán de ello. De eso puedes estar absolutamente seguro.
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POST SCRIPTUM:
Son varios los comentarios que se han estado recibiendo en esta bitácora manifestando una enorme alegria por la muerte del Gran Capo, algunos de ellos francamente impublicables, reflejando los muchos odios y las muchas enemistades que este fantoche Nazi-cristero mexicano admirador de los gorilatos sudamericanos se ganó en vida con sus actos criminales cometidos en contra de otros, definitivamente más que los comentarios a favor del Gran Capo alabándolo y ensalzándolo sin mencionar cosa alguna sobre su larga trayectoria criminal. Seguramente el Gran Capo se habrá de estar revolcando en su tumba al darse cuenta del enorme desprecio que generó y acumuló en vida año tras año a lo largo de décadas, un desprecio capaz de colgar sobre su fantasma las pesadas cadenas que este espectro se ganó en vida, en cuyos eslabones de acero forjados uno por uno a golpes de yunque cuelgan los dineros y bienes materiales que ya no pudo llevarse consigo al más allá así como los libros de contabilidad en donde llevaba el recuento de sus ganancias así como sus numerosas venganzas cobradas y todo tipo de “ajustes de cuentas” con sus supuestos enemigos (reales o imaginarios), algo digno de tomarse en cuenta en esta temporada navideña del 2010 que, por lo visto, para muchos va a ser la mejor temporada navideña de sus vidas:
Las muestras de júbilo y alegría que causó en muchos ex-alumnos de la UAG (así como en las numerosas víctimas de la sociedad ultrasecreta Tecos fundada por este ser despreciable) la muerte del Gran Capo son comparables en cierta forma con las numerosas muestras de júbilo y alegría que causó no sólo en los Estados Unidos sino en muchos otros países del orbe la noticia dada el primero de mayo del 2011 de la muerte por ejecución programada (avalada desde la Casa Blanca en Washington) del igualmente vil asesino cobarde y terrorista Osama bin Laden gracias a una operación llevada a cabo por una unidad de comando especializada Navy Seals que fue hasta Pakistán bajo órdenes de tomarlo vivo o muerto (preferiblemente, muerto para ahorrarle así al mundo los actos terroristas en los que habrían incurrido sus enloquecidos seguidores mientras durara el largo juicio en contra del matón fundamentalista así como posibles actos de chantaje y extorsión con el fin de obtener su liberación). El desalmado terrorista de Medio Oriente vivió y murió como lo que realmente era, un matón sanguinario y despiadado desprovisto del más mínimo rastro de humanidad que puede distinguir al hombre de una bestia, y habiendo muerto sorpresivamente sin tener tiempo alguno para mostrar ante el Altísimo algún arrepentimiento por sus numerosos crímenes y pecados, lo más probable es que haya terminado dándoles compañía a tipos que vivieron y murieron en condiciones similares como Nerón, Calígula, Hitler, Himmler, y otros demonios de la misma calaña diferentes únicamente en modo de vestir y en modo de hablar pero idénticos en su indiferencia al valor de la vida humana.
En rigor de verdad, y en el fondo, Osama bin Laden y el Gran Capo de Guadalajara no eran muy diferentes el uno del otro. Ambos, desde luego, antisemitas hasta la médula. Ambos en el timón de mando de dos organizaciones criminales actuando en la más absoluta clandestinidad. Ambos igual de cobardes ordenándole a otros hacer el trabajo sucio por ellos (Bin Laden no tuvo ni siquiera el valor de tratar de vender caro el pellejo, corriendo para esconderse detrás de una mujer que resultó ser mucho más valerosa que él). Ambos invocando el mismo nombre del Altísimo para justificar todas sus tropelías y crímenes. Ambos aprovechándose de la religiosidad de jóvenes desorientados convirtiendo esa religiosidad en fanatismo fundamentalista para así poder manipular a esos jóvenes con mayor facilidad. Ambos dispuestos y acostumbrados a girar órdenes de “castigo” o de ejecución en contra de sus supuestos enemigos sin concederles el beneficio de un juicio previo y una buena defensa. Ambos basando su enorme poderío criminal sobre propaganda revisionista específicamente diseñada para llevar a cabo “lavados de cerebro”. Ambos tejieron redes internacionales para expander sus megalómanas intenciones fomentando entre sus alucinados seguidores delirios de persecusión. Ambos igualmente intolerantes del modo de pensar de los demás, creyéndose la verdad suprema y prestos a descargar su furia en contra de aquellos que se atreviesen a contravenirlos. Ambos creadores de escuadrones paramilitares asesinos a los cuales les exigían una obediencia ciega atándolos con terribles juramentos de lealtad dizque santificados por la misma religión. Ambos jurando y afirmando ante sus seguidores estar luchando en nombre de Dios pero haciéndolo con actos viles más propios del mismo Satanás a quien bien sirvieron. Ambos dispuestos a recurrir al engaño y a la simulación con tal de ver su voluntad cumplida. Ambos encadenando de por vida a sus lacayos con terribles juramentos de lealtad reforzados con igualmente terribles amenazas de muerte. Ambos eran unos miserables cobardes que recurrieron siempre y en todo momento a sus matones incondicionales para hacerles sus crímenes por ellos sin tener al menos la hombría y virilidad de darles la cara a sus víctimas y ejecutar ellos mismos con sus propias manos lo que le ordenaban a otros hacer, prefiriendo que otros se mancharan sus manos de sangre quizá creyendo que con ello que el remordimiento de las culpas caerían sobre los hombros de los autores materiales y no sobre los autores intelectuales. Ambos vivieron cómodamente hasta el final de sus vidas disfrutando de su inmerecida impunidad bajo el presunto manto de protección que les tendieron las autoridades en vez de hacerlos responder ante la Justicia por sus crímenes y tropelías. Ambos fueron en vida destructores de sueños, de ilusiones, de esperanzas, ambos igual de inhumanos y crueles, ambos igual de sádicos y despiadados, pero cobardes hasta la médula. La única diferencia entre ambos no era espiritual sino el aspecto físico, además de que uno de ellos hablaba en árabe mientras que el otro hablaba en español; fuera de ello ambos eran tan parecidos como dos gotas de agua que se habrían llevado bastante bien si se hubieran conocido; o posiblemente se habrían matado el uno al otro al verse como competidores por un trono en el cual sólo puede haber un monarca. Lo único que realmente debe importar a la especie humana a estas alturas es que estos dos demonios ya están a buen recaudo, incapaces de poder volver a hacerle daño a nadie, y muy posiblemente hasta estén muy juntos el uno del otro dado lo mucho que compartieron en vida aún sin conocerse. Quedan en este mundo los continuadores de sus locuras, los continuadores de sus obras, de ellos es de quienes todos tenemos que preocuparnos, aunque habido el hecho de que nadie es inmortal también los seguidores de estos demonios partirán de este planeta haciendo el mismo recorrido que sus amos, sus mentores, sus “gurús” sabelotodo.
A diferencia de lo que ocurrió con el Gran Capo en donde hay muchos que quisieran estar bailando sobre su tumba por lo que les hizo en vida, desecrando su cadáver y su memoria sin ganas de perdonarlo jamás, no todos expiran recibiendo sobre sus restos un alud de pestes y maldiciones de aquellos a quienes victimizaron en vida y que encuentran dulce consuelo festinando ya sea de cerca o de lejos sobre el cadáver del inicuo su partida definitiva . Cuando el Obispo Emérito Samuel Ruiz García de Chiapas, digno sucesor del defensor de los indios Fray Bartolomé de las Casas, distinguido con el Premio Simón Bolivar de la UNESCO en el año 2000 y receptor en el 2001 del Premio Internacional de Derechos Humanos de Nuremberg por su infatigable labor de defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas de Chiapas, falleciera el 24 de enero del 2011, una multitud impresionante de indígenas chiapanecos llamándolo cariñosamente J'tatic acudieron a darle el último adiós con sus rostros cubiertos de lágrimas sinceras, auténticas, expresándole con el corazón en la mano el profundo dolor que les ocasionaba su partida:
En rigor de verdad, y en el fondo, Osama bin Laden y el Gran Capo de Guadalajara no eran muy diferentes el uno del otro. Ambos, desde luego, antisemitas hasta la médula. Ambos en el timón de mando de dos organizaciones criminales actuando en la más absoluta clandestinidad. Ambos igual de cobardes ordenándole a otros hacer el trabajo sucio por ellos (Bin Laden no tuvo ni siquiera el valor de tratar de vender caro el pellejo, corriendo para esconderse detrás de una mujer que resultó ser mucho más valerosa que él). Ambos invocando el mismo nombre del Altísimo para justificar todas sus tropelías y crímenes. Ambos aprovechándose de la religiosidad de jóvenes desorientados convirtiendo esa religiosidad en fanatismo fundamentalista para así poder manipular a esos jóvenes con mayor facilidad. Ambos dispuestos y acostumbrados a girar órdenes de “castigo” o de ejecución en contra de sus supuestos enemigos sin concederles el beneficio de un juicio previo y una buena defensa. Ambos basando su enorme poderío criminal sobre propaganda revisionista específicamente diseñada para llevar a cabo “lavados de cerebro”. Ambos tejieron redes internacionales para expander sus megalómanas intenciones fomentando entre sus alucinados seguidores delirios de persecusión. Ambos igualmente intolerantes del modo de pensar de los demás, creyéndose la verdad suprema y prestos a descargar su furia en contra de aquellos que se atreviesen a contravenirlos. Ambos creadores de escuadrones paramilitares asesinos a los cuales les exigían una obediencia ciega atándolos con terribles juramentos de lealtad dizque santificados por la misma religión. Ambos jurando y afirmando ante sus seguidores estar luchando en nombre de Dios pero haciéndolo con actos viles más propios del mismo Satanás a quien bien sirvieron. Ambos dispuestos a recurrir al engaño y a la simulación con tal de ver su voluntad cumplida. Ambos encadenando de por vida a sus lacayos con terribles juramentos de lealtad reforzados con igualmente terribles amenazas de muerte. Ambos eran unos miserables cobardes que recurrieron siempre y en todo momento a sus matones incondicionales para hacerles sus crímenes por ellos sin tener al menos la hombría y virilidad de darles la cara a sus víctimas y ejecutar ellos mismos con sus propias manos lo que le ordenaban a otros hacer, prefiriendo que otros se mancharan sus manos de sangre quizá creyendo que con ello que el remordimiento de las culpas caerían sobre los hombros de los autores materiales y no sobre los autores intelectuales. Ambos vivieron cómodamente hasta el final de sus vidas disfrutando de su inmerecida impunidad bajo el presunto manto de protección que les tendieron las autoridades en vez de hacerlos responder ante la Justicia por sus crímenes y tropelías. Ambos fueron en vida destructores de sueños, de ilusiones, de esperanzas, ambos igual de inhumanos y crueles, ambos igual de sádicos y despiadados, pero cobardes hasta la médula. La única diferencia entre ambos no era espiritual sino el aspecto físico, además de que uno de ellos hablaba en árabe mientras que el otro hablaba en español; fuera de ello ambos eran tan parecidos como dos gotas de agua que se habrían llevado bastante bien si se hubieran conocido; o posiblemente se habrían matado el uno al otro al verse como competidores por un trono en el cual sólo puede haber un monarca. Lo único que realmente debe importar a la especie humana a estas alturas es que estos dos demonios ya están a buen recaudo, incapaces de poder volver a hacerle daño a nadie, y muy posiblemente hasta estén muy juntos el uno del otro dado lo mucho que compartieron en vida aún sin conocerse. Quedan en este mundo los continuadores de sus locuras, los continuadores de sus obras, de ellos es de quienes todos tenemos que preocuparnos, aunque habido el hecho de que nadie es inmortal también los seguidores de estos demonios partirán de este planeta haciendo el mismo recorrido que sus amos, sus mentores, sus “gurús” sabelotodo.
A diferencia de lo que ocurrió con el Gran Capo en donde hay muchos que quisieran estar bailando sobre su tumba por lo que les hizo en vida, desecrando su cadáver y su memoria sin ganas de perdonarlo jamás, no todos expiran recibiendo sobre sus restos un alud de pestes y maldiciones de aquellos a quienes victimizaron en vida y que encuentran dulce consuelo festinando ya sea de cerca o de lejos sobre el cadáver del inicuo su partida definitiva . Cuando el Obispo Emérito Samuel Ruiz García de Chiapas, digno sucesor del defensor de los indios Fray Bartolomé de las Casas, distinguido con el Premio Simón Bolivar de la UNESCO en el año 2000 y receptor en el 2001 del Premio Internacional de Derechos Humanos de Nuremberg por su infatigable labor de defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas de Chiapas, falleciera el 24 de enero del 2011, una multitud impresionante de indígenas chiapanecos llamándolo cariñosamente J'tatic acudieron a darle el último adiós con sus rostros cubiertos de lágrimas sinceras, auténticas, expresándole con el corazón en la mano el profundo dolor que les ocasionaba su partida:
Si es cierto lo que dijo el Señor Jesús en su trascendental Sermón del Monte al referirse a los pobres y desprotegidos, entonces estos pobres y desprotegidos, entre los más pobres y desprotegidos de los moradores del Estado de Chiapas, los indígenas que fueron la grey con la cual el Obispo Samuel Ruiz se sentía plenamente identificado, ellos serán los primeros entre los primeros que lo acompañarán con amor y con alegría en el más allá, a su J'tatic, a la presencia del Altísimo.
El siguiente editorial, a manera de epitafio, sirve como breve recordatorio de la gran personalidad que fué Don Samuel Ruiz en vida:
Don Samuel, ese converso
Plaza Pública
Miguel Ángel Granados Chapa
25 de enero del 2011
Nadie iniciará nunca su beatificación y por lo tanto no habrá un Samuel Ruiz en los altares. Pero el bien que hizo el que fuera obispo de San Cristóbal de las Casas durante su ministerio episcopal y en el decenio posterior a su retiro es la más clara señal de que era un hombre escogido por el Dios en que creyó desde el fondo de su corazón.
Don Samuel pasó de ser un muchacho brillante, una joven promesa, a una madura realidad pero en un sentido por entero opuesto al que permitía augurar el comienzo de su carrera eclesiástica. Con estudios superiores en Roma, estaba llamado a ser parte de la clericracia. En la diócesis de León fue rector del seminario y canónigo, apenas llegado a la tercera década de su vida. Por ello fue elegido obispo de San Cristóbal de las Casas, cuya consagración ocurrió un día como hoy, el 25 de enero de 1960. Durante los primeros años de su desempeño don Samuel fue un obispo como se esperaba que fuera, más cercano a los pudientes de la antigua Ciudad Real que a su rebaño. Pero la pobreza cruda, sin disfraces que padecían los más en Chiapas, fue el motor de la primera transformación, la conversión inicial del obispo. En la práctica, por su sensibilidad inteligente, fue pionero de la opción preferencial por los pobres, aquellos que eran víctimas de la muerte evitable, la más cruel. Es que apenas formaban parte del paisaje, nadie les consideraba personalidad. Cientos de años después de que el primer obispo de esa diócesis, fray Bartolomé de la Casas, pugnó ante la corona española y ante los tribunales por que se considerara a los naturales de esa tierra como gente de razón, el prejuicio y los intereses seguían entercados en impedir el pleno reconocimiento de su condición humana.
Los pobres en Chiapas, en San Cristóbal eran todos indígenas, pertenecientes a varias etnias cuyos valores, la lengua entre ellos, no sólo no eran reconocidos sino que se les combatía. Con mirada benevolente, don Samuel compartió durante años el credo oficial, de la Iglesia y del gobierno, de que el mejor modo de ayudar a los indios era haciendo que dejaran de ser indios. Pero esa cruel paradoja enseñó pronto sus límites a un hombre con luces morales e intelectuales de carácter excepcional, como don Samuel. De modo que no tardó en convertirse en promotor de los derechos de los pueblos indígenas, pertenecieran o no al catolicismo, y por ello fue piedra de escándalo
La crisis agraria de los ochenta (precedida en los años anteriores por un agravamiento de la lucha por la tierra) fue resultado de la prevalencia en Chiapas de un régimen feudal que negaba sus derechos a los propietarios originales. Esa lucha contó siempre con don Samuel y sus sacerdotes, más de uno de los cuales sufrió por ello persecución. También la padecerían al acoger a los refugiados guatemaltecos.
Como la pugna vital de don Samuel consistía en eliminar las discriminaciones, promovió la participación de los laicos, esos menores de edad frente a las autoridades de la Iglesia tradicional, en la vida pastoral de su diócesis. La consagración de diáconos casados no era simplemente un asunto digamos laboral, la habilitación de personas que auxiliaran profesionalmente a los sacerdotes, sino una muestra de respeto a los católicos, que provocó temor e indignación en el conservadurismo vaticano, con el que el Tatic (padre en la lengua que él aprendió) tuvo conflictos.
La cada vez más acendrada toma de conciencia de don Samuel respecto de los asuntos que concernían a los fieles pertenecientes a su diócesis puso al prelado en el dilema de hacer respetar los derechos mediante la violencia armada o a través de la movilización social. Al comenzar los noventa creció la presencia de quienes optaron por el cambio inmediato, apelando a las armas. Fue tarea del obispo respetar esa opción sin estorbarla ni menos condenarla.
Esa actitud le permitió, cuando insurgió el zapatismo armado, convertirse en mediador, pues contaba con la confianza de los alzados y de quienes, tras una inicial decisión de meramente reprimirlos, optaron después por el diálogo en pro de la paz.
La mediación a favor de la paz fue la seña de identidad de don Samuel a partir de aquel 1994. Renuente a los personalismos protagónicos, institucionalizó su papel de mediador y convocó a personajes de gran talla en la sociedad civil a integrar la Comisión Nacional de Intermediación. Superada la etapa en que la Conai fue útil, su papel se extendió fuera de Chiapas y se afianzó en la atención a conflictos sociales de diversa naturaleza. Con el mismo afán que construyó siendo obispo el centro de derechos humanos que lleva el nombre del fundador de su diócesis, el Frayba, como con familiaridad entrañable se le conoce en aquella región, don Samuel alentó después de su jubilación el establecimiento de Serapaz, Servicios y Asesoría para la Paz. Durante sus años de obispo, don Samuel impregnó con sus convicciones a su presbiterio, de un modo que después se repetiría en la Conai y en Serapaz.
La misión postrera de don Samuel, entre muchas otras tareas pues su dinamismo infatigable lo hacía multiplicarse, se desplegó en la promoción de la libertad de los presos de Atenco, y en la Comisión de Mediación, solicitada por el EPR para conseguir la presentación con vida de dos miembros suyos hechos desaparecer por el Estado. Lejos todavía de su objetivo, la Comed había sufrido ya la sensible pérdida de Carlos Montemayor, a que se suma ahora la de don Samuel. Pero ninguno de los dos en realidad se ha ido. Aquí están.
Cabe señalar que, en el cenit de su labor misionera, el Obispo Samuel Ruiz fue ampliamente aborrecido -y sigue siendo detestado- por grupos radicales de ultraderecha como los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara y sus cachorros del Yunque, que no cesaron de acusarlo en sus discursos y en sus escritos y propaganda subterránea como “un marxista-leninista al servicio de la gran conspiración judía masónica comunista”. Actitud lógica cuando el Obispo Samuel Ruiz tomó la causa humanitaria de los pobres y desprotegidos -tal y como lo pidiera el mismo Señor Jesús a sus discípulos- en vez de tomar la causa de los multimillonarios y los miembros de élite de la alta sociedad mexicana que se han beneficiado explotando a los demás de mil maneras que seguramente les serán cobradas en el más allá cuando les vaya tocando a cada uno de ellos su turno de uno en uno.
El siguiente editorial también recoge el enorme afecto y el desbordante cariño que el Obispo Samuel Ruiz cosechó en vida entre los más pobres de los pobres de México:
El obispo quetzal
José Gil Olmos
Agencia APRO
26 de enero del 2011
Cuando llegó a la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, en 1959, Samuel Ruiz García era uno de los obispos más jóvenes del país y estaba dentro de la corriente conservadora de la Iglesia católica. Pero el golpe de la pobreza, la explotación y el olvido en que estaban los indígenas en Chiapas lo transformó y lo llevó a tomar una decisión que cambiaría su forma de vida, su pensamiento y el compromiso con los más pobres de los pobres del país y del Continente Americano.
Durante cuarenta años como obispo de San Cristóbal, Samuel Ruiz se dedicó a caminar las brechas abiertas a golpe de pisada para llegar a las comunidades tzotziles, tzeltales, choles, mames, tojolabales, zoques, jacaltecas, kanjobales, mochos y motocintlecas.
Con el paso de los días aprendió de sus lenguas, costumbres y tradiciones una forma de vida distinta a la occidental, más comunitaria y más cercana con la naturaleza. De alguna manera se transformó y comprendió la importancia de rescatar a estos mexicanos arrinconados en la historia nacional.
Con el transcurrir de los años, los indígenas lo reconocieron y le llamaron Tatic (padre) y entre los de sus diócesis le decían “Caminante”, porque así se le llamaba en clave en la banda de radio civil, a través de la cual se comunicaba con distintas comunidades empotradas en las regiones Selva, Sierra y Montaña chiapanecas.
Desde la catedral de la vieja Jovel, hoy conocida como San Cristóbal de las Casas, el joven obispo comenzó a evangelizar a los indígenas a pesar de la fuerte resistencia de una sociedad racista que trataba a los originarios como animales y los obligaba a bajarse de las banquetas cuando algún mestizo venía caminando por la misma acera.
Hacia mediados de la década de los sesenta, Samuel Ruiz aprovechó la realización del Segundo Congreso Misionero de México para preparar a los catequistas indígenas, dando lugar a la creación de las Escuelas Diocesanas de Catequistas, donde el laico indígena tomaría un papel importante en la evangelización de la diócesis.
Este paso sería revolucionario y fundamental en la vida de los indígenas chiapanecos, pues les proporcionó identidad como pueblo de Dios y una estructura de organización que nunca habían tenido, a través de los prediáconos, diáconos y tuhuneles indígenas. Además de una representación en la Iglesia católica.
Además, Samuel Ruiz se haría presente en los preparativos del Concilio Vaticano II, donde presentó la ponencia “La evangelización del indígena en América Latina”. Ahí volcó sus vivencias y reflexiones en torno a la renovación de la evangelización en los pueblos indios de América, y a la necesidad de dialogar y encarnarse en las culturas de los pueblos originarios del continente.
La efervescencia de esta nueva misión llevó a la formación del Seminario Regional del Sureste (Seresure), donde los nuevos sacerdotes se formarían para una nueva evangelización.
Ya en 1969, unos 52 obispos latinoamericanos se reunieron durante un mes para ponerse al día en la pastoral del continente y de ahí se dieron otros encuentros latinoamericanos, como el de Río Bamba, en Ecuador, donde fueron encarcelados los participantes; en Brasil y en Tehuantepec, así como en San Cristóbal de las Casas, en 1978.
En 1974, en el marco del aniversario del nacimiento de Fray Bartolomé de Las Casas, la diócesis de Samuel Ruiz dio otro pasos fundamental en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indios de México, pues ayudó a la organización del Primer Congreso Indígena, en el que participaron más de 2 mil representantes de los cuatro grupos étnicos con mayor presencia en Los Altos, Selva y región Norte de Chiapas.
Fue ahí donde por primera vez se escucharon las exigencias de los más olvidados: tierra, salud, educación alimentación, cese a los hostigamientos del Ejército en las comunidades, alto a la represión de los pistoleros de los finqueros y terratenientes, construcción de caminos, créditos, comercialización y mejores precios de los productos del campo, entre otros.
Además, según algunos historiadores del movimiento zapatista, fue el punto de arranque de la integración de los indígenas del EZLN, que para entonces se denominaba Fuerzas de Liberación Nacional (FLN).
Tatic fue hostigado desde entonces por los caciques de Chiapas, recibió amenazas de muerte y fue acusado de tratar de subvertir a los indígenas. Los caxlanes (blancos y mestizos) de San Cristóbal lo repudiaron porque había tomado la opción de la Iglesia por los pobres, por el pueblo oprimido y marginado, es decir, por los indígenas.
Este reclamo y esta persecución se reflejarían en mayor medida cuando en 1994 surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y entonces se acusó desde el gobierno salinista al obispo de ser “el comandante” de la guerrilla indígena.
En plena efervescencia indígena armada, la curia de San Cristóbal fue manchada por los huevos que los “auténticos coletos” le lanzaron semanas después de que había sido la sede del primer dialogo entre el EZLN y el mediador del gobierno federal, Manuel Camacho Solís. Las ventanas de la fachada fueron rotas por las piedras arrojadas.
A pesar de ello, Samuel Ruiz encabezó la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) que durante tres años seguidos trabajó en el proceso de pacificación, y como intermediario entre el gobierno federal y los zapatistas en los diálogos realizados en San Andrés Larráinzar.
La figura moral del obispo creció y fue reconocida a escala internacional, a pesar de la campaña negativa que sufrió por parte de los sectores más reaccionarios de la sociedad, de la Iglesia católica y del propio gobierno.
Por aquellos años se le veía caminando a paso lento por los pasillos de la curia diocesana. Dubitativo, buscaba soluciones al conflicto armado. Hablaba con los indígenas, con legisladores, con sus pares de otros países de América Latina que habían impulsado la Teología de la Liberación y con los enviados del gobierno en turno. No cesaba en su trajinar y los domingos oficiaba misas, en cuyas homilías siempre daba un mensaje que para los periodistas de todo el país y algunos extranjeros era la “nota”, pues destacaba el proceso de pacificación.
Samuel Ruiz nunca habló a favor de la lucha armada, siempre se manifestó por las vías pacíficas del cambio.
La importancia de su trabajo trajo nuevas amenazas de muerte. Ya no eran las guardias blancas contratadas por los principales caciques del estado quienes lo amagaban; ahora eran los grupos paramilitares, los que incluso atentaron contra él en uno de sus viajes a las comunidades. La Comisión de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, que fundó en 1989, denunció estos ataques, así como la presencia de los grupos paramilitares en diversas regiones del estado, los que atemorizaban principalmente a las comunidades indígenas simpatizantes del EZLN. Pero nunca le hicieron caso hasta que ocurrió la matanza de 45 indígenas en Acteal, el 27 de diciembre de 1998.
Un año más estaría al frente de la diócesis hasta que por edad (75 años) tuvo que retirarse. En el Vaticano estuvieron más tranquilos pensando que su sustituto, Raúl Vera, tomaría una posición más conservadora, pero fue todo lo contrario, ya que decidió seguir los mismos pasos del Tatic.
El 10 de febrero del 2000, Samuel Ruiz se despidió de la diócesis de San Cristóbal. Ese día, miles de indígenas bajaron de las montañas y, desde los cuatro puntos cardinales, entraron en caravana a San Cristóbal de las Casas para despedir al obispo, quien el 25 de enero anterior había cumplido 40 años de servicio.
A pesar de que se retiró a vivir con sus familiares a Querétaro, la labor pastoral de Tatic fue reconocida en el país y otras naciones. Recibió, entre otros, los reconocimientos Paolo E. Borcellino, así como las medallas Roque Dalton, Benito Juárez, Letelier Moffitt, Oscar A. Romero.
Además, fue distinguido con el doctorado honoris causa de la Universidad de Tubinga, Alemania; el Premio León Felipe, de España, y nominado candidato al Nobel de la Paz en 1994, 1995, 1996 y 1997.
Su última actuación fue como miembro de la Comisión de Mediación en los trabajos para localizar a los dos integrantes del Ejército Popular Revolucionario (EPR) que fueron desaparecidos en el 2005 en Oaxaca por militares y policías del estado.
A los 86 años murió Tatic, y sus restos fueron depositados en una urna de la catedral de San Cristóbal de las Casas, ceremonia a la que acudieron nuevamente miles de indígenas, bajando de las montañas, para despedir a quien alguna vez llamaron “el obispo quetzal”, por la fuerza de su espíritu.
Predicando con su ejemplo, el Obispo Samuel Ruiz Q.E.P.D. enseñó que existe otro camino más pacífico y más justo para tratar de resolver los grandes problemas y rezagos sociales de México que el estar graduando desde un campus universitario legiones de radicales extremistas clandestinos con sus corazones repletos de odio y locura fanática que sólo pueden llevar a la larga tanto a la destrucción de los supuestos “salvadores” como la de aquellos que dicen estar “salvando”. Esta es una lección de vida que no pudo ni quiso asimilar jamás el Gran Capo que se fué de este mundo sin poder llevarse consigo un solo centavo de la enorme fortuna que acumuló en vida a expensas de los demás y sin poder llevarse consigo la custodia de uno solo de sus guaruras matones que lo estuvieron protegiendo noche y día y que hoy ya no lo pueden proteger en donde quiera que se encuentre.
El desprecio hacia el ser miserable que se erigió a sí mismo como señor de horca y cuchillo y que en nombre de su propio imperio personal secreto de locura fanática ordenó desde su escritorio la comisión de bárbaras tropelías y crímenes y no conforme con eso fundó un centro nacional de infiltración, conspiración y traición, no sólo se manifestó hacia él sino también a quienes lo taparon y lo protegieron en deshonroso demérito a la investidura que los obligaba a desenmascararlo ante su grey. Tal es el caso del Cardenal de los Tecos del cual, un año después de la muerte de su gran amigo el Gran Capo, y en ocasión de su (bienvenida) jubilación como Cardenal, se publicaba la siguiente nota:
Con todo y que los recalcitrantes ultraderechistas que rodean al ex-Cardenal siempre se han proclamado enemigos “hasta la muerte”, enemigos “hasta el final”, de todos y de cualquier cosa que tenga que ver con la masonería, con los judíos y con el comunismo, ello no fue impedimento alguno para que, aflorándoles la hipocresía y el cinismo, honraran al Cardenal de los Tecos con música apropiada para la ocasión, con música de Wolfgang Amadeus Mozart, el cual por cierto no sólo era un masón sino que inclusive llegó a ser Gran Maestro masón. (De cualquier modo, por discrepancias que no tienen absolutamente nada que ver con la masonería, Mozart nunca ha sido bien visto por los ultraconservadores a raíz de los diferendos que tuvo Mozart con el Arzobispo Conde Hieronymos von Colloredo.) ¿Acaso no había suficientes buenos ultraderechistas en todo el Estado de Jalisco para componerle música sacra al Cardenal de los Tecos en ocasión de su partida como Cardenal? Pues, en verdad, no. De cualquier modo, y como podemos leerlo en la nota anterior, algo muy acertado dijo este hombre en su despedida final: “La Iglesia de Guadalajara, a la que indignamente represento”.
Si algo hay en abundancia en la ciudad de Guadalajara y en el Estado de Jalisco son católicos; los cuales en su gran mayoría no comulgan con las ideas estrafalarias de las perversas amistades “nacionalistas” que han rodeado a este ex-Cardenal tan intolerante y recalcitrante como sus queridos amigos los secreteros Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, y los jaliscienses se lo demostraron desairándolo en su “magna despedida” que terminó degenerando en un bochornoso show. En contraste, el Obispo Samuel Ruiz de Chiapas juntó más gente en su partida cuyas lágrimas y muestras de afecto hacia el Obispo eran mucho más genuinas y emotivas que lo que recibió el ex-Cardenal, confirmando el viejo refrán que dice que cada quien cosecha lo que sembró en vida.
El desprecio hacia el ser miserable que se erigió a sí mismo como señor de horca y cuchillo y que en nombre de su propio imperio personal secreto de locura fanática ordenó desde su escritorio la comisión de bárbaras tropelías y crímenes y no conforme con eso fundó un centro nacional de infiltración, conspiración y traición, no sólo se manifestó hacia él sino también a quienes lo taparon y lo protegieron en deshonroso demérito a la investidura que los obligaba a desenmascararlo ante su grey. Tal es el caso del Cardenal de los Tecos del cual, un año después de la muerte de su gran amigo el Gran Capo, y en ocasión de su (bienvenida) jubilación como Cardenal, se publicaba la siguiente nota:
Sandoval Íñiguez: el adiós, un desaire
Julio Alejandro Ríos
Agencia APRO
9 de agosto del 2011
Pese a que se anunció con mucho estruendo y anticipación, el homenaje al cardenal Juan Sandoval Íñiguez resultó una pifia. Y aunque los organizadores –el gobernador Emilio González Márquez y sus colaboradores– colocaron 4 mil sillas en la Plaza de la Liberación para que los feligreses pudieran ver al prelado, no se juntaron ni 300 personas; además, hubo un desaire por parte de los exgobernadores panistas y los alcaldes metropolitanos, con excepción del priista Antonio Mateos.
El del viernes 29 de julio fue un evento desangelado. A la invitación hecha por el gobernador Emilio González Márquez para despedir al cardenal Juan Sandoval Íñiguez asistieron a lo sumo 300 personas, pese a que los organizadores colocaron 4 mil sillas en la Plaza de la Liberación para recibirlos.
Nunca llegó el nuncio apostólico Chris-tophe Pierre; tampoco los exgobernadores panistas ni Celso Rodríguez, presidente del Poder Judicial; ni los alcaldes de Guadalajara, Aristóteles Sandoval, y de Tlaquepaque, Miguel Castro Reynoso, ambos del PRI. Por eso llamó la atención la presencia del presidente municipal de Tonalá, el priista Antonio Mateos Nuño.
En la plaza, donde se inició el agasajo al cardenal, la asistencia fue escasa. Y aun cuando en el Teatro Degollado religiosos y religiosas, así como la aristocracia tapatía y la clase política panista sí atendieron al llamado, el recinto no se abarrotó. Y de los que ahí estuvieron, pocos fueron los que acudieron al besamanos.
Eran las 18:50 horas.
“Es que acaba de llover, pero ahorita llegan los demás invitados”, voceaban los empleados del gobierno estatal para justificar la falta de asistencia. Su actividad contrastaba con las críticas de los feligreses congregados en las inmediaciones.
Una adolescente se quejó incluso de los antojitos que repartían los organizadores: “Los tacos están igual de fríos que el homenaje”, dijo, al tiempo que masticaba una tortilla embarrada de frijoles.
Los detractores apenas llegaban a 40. Eran los mismos de siempre, los que acuden a todas las marchas. Aun así no se contuvieron. En las cartulinas que exhibían mientras desfilaban frente al teatro se leían consignas como: “Si Juárez viviera, que chinga les pusiera”, “Emilio y cardenal, directo a la penal”.
Estaban molestos también por el dispendio que, según informó la prensa al día siguiente, fue de 400 mil pesos; todo a cuenta del erario.
Ante el temor de que los revoltosos irrumpieran en el “magno evento”, los convocantes adelantaron las actividades dos horas. Los policías estatales resguardaban celosamente los ingresos para evitar cualquier contingencia; aun así los quejosos lograron tensar el ambiente.
Y cuando apareció en la plaza una Mercedes Benz Sprinter y comenzaron a descender señores encorbatados, mujeres con peinados de salón y sacerdotes de traje oscuro y camisa de alzacuello, los manifestantes corrieron tras de ellos, lo que los obligó acelerar el paso para huir del vulgo y penetrar al recinto.
El ambiente ríspido no anuló la pasarela de los panistas y la clase política en general. Por ahí desfilaron los secretarios de Salud, Alfonso Petersen; de Promoción Económica, Alonso Ulloa; de Cultura, Alejandro Cravioto; del Trabajo, Ernesto Espinoza Guarro; el coordinador de Concertación Social, Leonardo García Camarena, así como los diputados panistas locales José Antonio de la Torre y Abraham González Uyeda.
En el evento estuvieron también el obispo de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, el vocero de la Arquidiócesis tapatía, Antonio Gutiérrez Montaño, y el obispo auxiliar de Guadalajara, José Francisco González.
Postulados conservadores
Pasadas las 19:00 horas, los reporteros se arremolinaron frente al palco principal. Era la señal de que el homenajeado había llegado. Todos se pusieron de pie y comenzaron a aplaudir cuando apareció Sandoval Íñiguez, quien los saludó con un movimiento de mano.
Impecable su traje negro y su camisa con alzacuello. Al lado del jerarca religioso se encontraba el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez. Instantes después entró el gobernador Emilio González Márquez y se sentó a la izquierda del purpurado. Compartió el palco con el presidente de Coparmex Jalisco, Óscar Benavides, y con el coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco, Manuel Herrera Vega.
A las 19:15 el teatro se oscureció. Las luces sólo enfocaban a los integrantes de la Orquesta Filarmónica de Jalisco y a su director, el estadunidense Leslie B. Dunner, quien comenzó con la obertura de Las bodas de Fígaro, de Mozart; luego el quinto movimiento de la Sexta sinfonía de Beethoven; el intermezzo sinfónico de Cavalleria rusticana, escrita por Pietro Mascagni, el Danzón número 2, de Arturo Márquez, y La boda de Luis Alonso, original de Gerónimo Giménez. El recital fue de sólo 35 minutos, pero logró el aplauso unánime.
El cardenal subió al escenario acompañado por González Márquez, Guzmán Pérez Peláez y el diputado zapopano José Antonio de la Torre. El maestro de ceremonias fue Carlos Brambila, quien anunció la proyección de un video sobre la “fructífera trayectoria” de “su eminencia”, el cardenal Sandoval Íñiguez.
Luego vino el discurso del anfitrión: “En nuestra patria hemos desechado nuestra oportunidad de crecer en un régimen de libertades de culto y de conciencia, dado en un laicismo excluyente en forma de intolerancia. La laicidad no debe ser el vacío de las identidades religiosas”, dijo González Márquez. Los asistentes le aplaudieron.
Y él siguió: “En una sociedad plural no hay que tener miedo a las iglesias y a las religiones; éstas deben presentar públicamente su propuesta, porque, como dijo Benedicto XVI, es inconcebible que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos, la fe, para ser ciudadanos activos”.
Incluso equiparó a Sandoval Íñiguez con jaliscienses como fray Antonio Alcalde, el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo y el cardenal José Garibi Rivera; González Márquez también señaló que su fidelidad a su vocación y su trabajo por los más pobres quedará “grabado” en la historia de Jalisco. “Las raíces cristianas forjaron la identidad jalisciense”, insistió el orador.
Al término de su alocución, González Márquez entregó a Sandoval Íñiguez un pergamino enmarcado en vidrio con el escudo del gobierno de Jalisco. Todos los asistentes se pusieron de pie.
En su turno Sandoval leyó unas líneas: “Me educaron en que nada debemos pedir, pero tampoco nada rehusar y por eso acepto el reconocimiento; lo acepto porque se me entrega con espontaneidad, nobleza y honestidad y el pueblo me lo da, por eso lo agradezco. Pero no tengo méritos suficientes para recibirlo, la que tiene méritos para recibirlo es la Iglesia de Guadalajara, a la que indignamente represento”.
Y reflexionó: “¿Sería Guadalajara la misma sin su catedral? ¿Sin tantos hombres creyentes, sacerdotes y laicos y laicas, religiosos y religiosas, que dieron impulso a la cultura y a las obras de caridad, cuyo legado son el Hospicio Cabañas, el Hospital Civil y la Universidad de Guadalajara? Obras de grandes pastores que todavía subsisten”.
De nuevo los aplausos; todos de pie. Luego, los abrazos de Sandoval a sus anfitriones: el gobernador y su secretario general de Gobierno, quien hacía esfuerzos por sonreír. Y concluyó el homenaje. La fría respuesta hizo que los organizadores suspendieran el recorrido final del purpurado por la plaza.
Al final, el gobernador y su comitiva, acompañados por Sandoval Íñiguez, se fueron al Instituto Cultural Cabañas a una cena para 500 personas.
Con todo y que los recalcitrantes ultraderechistas que rodean al ex-Cardenal siempre se han proclamado enemigos “hasta la muerte”, enemigos “hasta el final”, de todos y de cualquier cosa que tenga que ver con la masonería, con los judíos y con el comunismo, ello no fue impedimento alguno para que, aflorándoles la hipocresía y el cinismo, honraran al Cardenal de los Tecos con música apropiada para la ocasión, con música de Wolfgang Amadeus Mozart, el cual por cierto no sólo era un masón sino que inclusive llegó a ser Gran Maestro masón. (De cualquier modo, por discrepancias que no tienen absolutamente nada que ver con la masonería, Mozart nunca ha sido bien visto por los ultraconservadores a raíz de los diferendos que tuvo Mozart con el Arzobispo Conde Hieronymos von Colloredo.) ¿Acaso no había suficientes buenos ultraderechistas en todo el Estado de Jalisco para componerle música sacra al Cardenal de los Tecos en ocasión de su partida como Cardenal? Pues, en verdad, no. De cualquier modo, y como podemos leerlo en la nota anterior, algo muy acertado dijo este hombre en su despedida final: “La Iglesia de Guadalajara, a la que indignamente represento”.
Si algo hay en abundancia en la ciudad de Guadalajara y en el Estado de Jalisco son católicos; los cuales en su gran mayoría no comulgan con las ideas estrafalarias de las perversas amistades “nacionalistas” que han rodeado a este ex-Cardenal tan intolerante y recalcitrante como sus queridos amigos los secreteros Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, y los jaliscienses se lo demostraron desairándolo en su “magna despedida” que terminó degenerando en un bochornoso show. En contraste, el Obispo Samuel Ruiz de Chiapas juntó más gente en su partida cuyas lágrimas y muestras de afecto hacia el Obispo eran mucho más genuinas y emotivas que lo que recibió el ex-Cardenal, confirmando el viejo refrán que dice que cada quien cosecha lo que sembró en vida.